Acabo de leer el niño del pijama a rayas. En su final, el autor escribe que eso nunca volverá a suceder y menos hoy.
Hay muchos Auswitch en la actualidad. Miles de niños que padecen hambre y desnutrición en un campo de concentración sin alambradas físicas llamado África, Sudamérica, India o Asia.
Miles de personas que intentan saltarse las alambradas del hambre y a los que los gendarmes del primer mundo pinchan las ruedas salvavidas para que no consigan llegar al otro lado. Hoy los campos de concentración se llaman tercer mundo y sus habitantes malviven entre enfermedades, hambre y miseria.
Al otro lado de la alambrada estamos nosotros, los que nos quejamos porque no podemos cambiar de coche cada diez años. Los que no podemos ir de cena todos los viernes. Los que nos tenemos que desabonar al Digital Plus. Los que ya no podemos ir de vacaciones al hotel cuatro estrellas de la playa. Los que no podemos comprar ropa nueva cada semana.
A este lado de la alambrada también están los que viven quince en sesenta metros cuadrados. Los que recogen fruta y hortalizas cuando cierra el Carrefour, de sus cubos de basura. Los que habiéndolo dado todo durante toda una vida, viven solos y tienen que comprar productos robados en el Supersol.
Nuestra alambrada se llama "crisis" y nuestro campo se divide en subcampos dónde en lugar de gendarmes, los que están en el anillo más exterior impiden que los interiores crucen la alambrada....
Salud, educación, solidaridad, más trabajo, más lectura, menos TV y menos catecismo.
Bitácora de un eterno aprendiz
