lunes, 30 de marzo de 2009

El tropiezo horario


El sábado de madrugada, volvimos al horario de verano. Ya no me indigna que dos veces al año andemos como putas en rastrojo sin saber que hora es. Ni siquiera la molestia de tenerme que volver a levantarme de noche. Lo que me indigna es que salgan todos los imbéciles de este país a proclamarse expertos y a decir que este retraso de una hora ahorra energía. Estos imbéciles son de los que se levantan a las nueve de la mañana, lo que significa que siempre es de día cuando salen de la cama. Los que tenemos que madrugar, sabemos que lo que se ahorra por la tarde se gasta por la mañana. Luego está el pueblo soberano que ve la tele y que todo se lo cree y que piensa que el horario de verano nos trae más horas de sol. Que no, que entre el sábado y el domingo hay casi las mismas horas de luz y que hasta el 24 de junio, las horas de luz van aumentando independientemente de si se adelanta o no el reloj. Luego están los que además de imbéciles intentan justificar lo injustificable y dicen que su recibo de la luz baja con el cambio de hora. Vamos a ver alma cándida, el recibo de la luz es inferior en verano que en invierno porque las horas de luz solar son más entre mayo y septiembre que entre noviembre y febrero, lo que supone menos luces encendidas. Eso si encima tienes calefacción eléctrica se aumenta por seis.
En fin, que un año más accedemos a cambiar la hora para satisfacer las tonterías políticas de los poltroneros de la Unión que piensan que en Suecia y en España hay las mismas horas de sol.
¿Porqué demonios no nos atenemos al sistema horario solar para todo el año y nos dejamos de zarandajas?