martes, 30 de junio de 2009

¿Honduras!


Ayer, leí y escuché de todo sobre el golpe militar en Honduras. Desde la falaz intervención de un periolisto en una de las tertulias de la cadena de radio del grupo de las PRISAS que aunque de entrada dijo que condenaba la intervención militar, luego se entregó de lleno en demostrar que no era un golpe militar.
Leí que el presidente Manuel Zelaya era un terrateniente reaccionario. Leí que no significaba ningún cambio para Honduras. Leí y oí que quería perpetuarse en el cargo. Oí que realmente era un burgués que se había pasado al otro bando. Y sobre todo oí que no había respetado la constitución de Honduras al plantear el plebiscito sobre la posibilidad de reelección del presidente del país.

Partiendo de la base que se poco de Honduras, si me llama la atención la pertinaz cara dura de algunos intentando hablar y convencer a los parroquianos con una sarta de medias verdades y de mentiras piadosas. La mayor parte de los analistas decía que el golpe era ilegal pero que también lo era quererse quedar en el poder para siempre.

Llamóme poderosamente mi atención una intervención realizada en el programa de radio de RNE1 “Asuntos Propios” presentado por Toni Garrido de una hondureña residente en España que relataba que el Golpe Militar se había producido para evitar que el pueblo se pronunciase a favor del plebiscito planteado por Zelaya. Que los militares y la oligarquía hondureña (que eran unos corruptos, decía) sabían muy bien del resultado y que por eso se habían llevado a media tarde las urnas de los colegios electorales y como consecuencia de ello habían tenido que expulsar del país a Zelaya. También decía que el Presidente de la Cámara, al que han proclamado Presidente de la República, era parte de esa oligarquía económica que lleva mandando en Honduras desde siempre y que no están dispuestos a que el pueblo les quite el poder. Esta mujer hablaba con la pasión de que se encuentra lejos de su país y con la intensidad del que quiere contar muchas cosas en poco tiempo.

Lo que aprendí ayer de Honduras, es que es un país lleno de oligarcas, chorizos y corruptos que tienen el poder económico y que controlan la judicatura (“esto me suena”). Aprendí que Zelaya planteó un Referéndum no vinculante que pretendía la reelección del Presidente de la República si así lo querían los hondureños. Aprendí que hay mucho periolisto que intenta arrimar el ascua del golpe a su sardina ideológica. Y aprendí que hay ciertos tipos que están en posesión de los títulos de izquierdista y de demócrata y que sólo ellos deciden quienes son de derechas, quienes de izquierdas y quienes son demócratas y quienes populistas fascistas.

Hoy he oído que ya están despareciendo personas en Honduras y sólo espero que la presión internacional acabe llevando a Zelaya de nuevo a la sede de la presidencia. Aunque ayer, también oí que el golpe podía haber sido obra de la CIA (Obama no se mostró tan enérgico como otras veces a la hora de condenar el golpe) para evitar que toda Latinoamérica se chavetice. Quizá a la CIA y a Obama no se les ha ocurrido que para evitar que Latinoamérica se vuelva contra ellos deberían (deberíamos) dejar de explotarlos.