martes, 7 de julio de 2009

Especialistos, Especulalistos, Gañanes y Liberales


Cuando los especia-listos comenzaron a pronosticar esta grave crisis (que por otra parte cada día estoy más convencido de que ha sido creada para darle un palo a las medias clases) nos dijeron que ya nada sería igual, que el capitalismo tal y como lo conocíamos había muerto y que el mundo sería más justo y el mercado más controlado.
Según va pasando el tiempo empiezo a divisar que lo que realmente querían decir estos especia-listos es que todo irá a peor. Los provocadores de la situación que han estado años forrándose a base de vender humo, no sólo no han pagado por ello, sino que siguen emitiendo informes sobre la situación. Informes que siguen costándonos miles de millones y a los que los gobiernos se agarran como a clavos ardiendo. Su credibilidad debería ser nula, pero al contrario de lo que debiera ser lo justo, no han perdido ni un ápice de su tortura pronosticativa.
Por otra parte, esos adivinos especuladores de la esperanza, han empezado con la cantinela de echarle la culpa al trabajador. Parecía claro que el sistema se había roto por vender y comprar hipotecas basura. Que los bancos eran los culpables y que los trabajadores eran los eternos sufridores. Pero no. Ahora empiezan a decir lo que siempre han dicho: que los salarios extremadamente altos de los trabajadores (que en el 80% de los casos no llegan ni a los mil euros) son los que impiden la recuperación. Que no se pueden pagar pensiones a las personas que llevan toda su vida trabajando y que con 65 años necesitan un merecido descanso. Que hay que trabajar más horas por menos dinero y que los empresarios (pobrecitos ellos) no pueden contribuir al sistema de Seguridad Social en la misma cuantía en la que venían haciéndolo.
Y es que estos especula-listos, acostumbrados ellos a trabajar de sol a sol, a no saber lo que es una mansión, ni un yate, ni un hotel de cinco estrellas, ni un spa o balneario tienen un pellejo distinto a los demás mortales. Con esa vida de perros que llevan son capaces de seguir figurando hasta los ochenta o más. Y claro, los que nos levantamos todos los días entre las seis y las ocho de la mañana, trabajamos en jornadas de nueve o diez horas por ochocientos euros al mes y tenemos que comer de tartera o en bares de mala muerte, somos unos flojos y unos desconsiderados.
Lo que más rabia me da, es que a estos especula-especia-listos, los amparan los agnósticos del socialismo tanto o más que los aduladores del liberalismo de las ganancias y la socialización de las pérdidas.
Y es que no nos va quedar otro remedio que volver a las barricadas.