lunes, 6 de julio de 2009

La Puta y la cama del Gobierno ZP


Decíamos el otro día que Zapatero se encuentra solo. Que no creen en él ni alguno de sus propios ministros. Dicen algunos de su partido que eso es porque gobierna a golpe de los rumores que salen en la COPE o el Fétido Inmundo.
A mí, sobre todo, me da pena. Pena porque con amigos como los que tiene dentro de su partido, no le hacen falta enemigos. Pena porque parece un hombre comprometido con lo que cree justo y porque los azulados del traje de pana (ahora de Armani, claro) sólo están comprometidos con los que les han hecho ricos y les importa una mierda el pueblo, los votos y los votantes.
Decía Javier Marías que este es un país en el que todo el mundo le roba al ciudadano. Las empresas le roban la cartera y los políticos los impuestos. Y para una vez que alguien se acerca a lo que el pueblo quiere, sus propios compañeros le hacen la cama.
Luego está claro lo del mensajero (o esos se llaman ellos). Estos del grupo creado por un fascista (que en el infierno arda) y que durante años han estado chupando de la vaca de un gobierno al que tenían agarrado por los huevos de un lechero antes llamado Isidoro. Las PRISAS nunca han sido buenas y ahora van a por la cabeza de Zapatero.
Dicen que lo de Garoña no ha convencido a nadie. Pues a mi sí. Yo soy contrario a que siga funcionando, pero hay que ser realista. Con una carga de uranio realizada en el mes de Marzo, no se podía parar en el 2011. Una central nuclear, necesita tiempo para su paralización completa y los trabajadores necesitan tiempo para ser recolocados. Es mejor el sistema del PPITO (Partido pa la Institunalización del Trinque Oligarquico) que hace las cosas por decreto (como hizo con Zorita) y todos a la puta calle. La central, reconvertida en cementerio nuclear y los ayuntamientos de la zona en quiebra. Claro que para el grupo de las PRISAS parece que es mejor este sistema o aquel otro, siempre que puedan contar con el negocio del fútbol y las subvenciones de un gobierno proclive.
Salud, amigos, menos tratantes, más solidaridad, más comprensión y sobre todo hay que volver a las barricadas.