lunes, 5 de octubre de 2009

La saliva, el bobo y la mujer florero


El PPITO o partido para la instauración del Trinque Oligárquico también conocido como Partido Podrido, Partido Presunto o Partido Putrefacto, no pierde pie a la hora de arañar unos cuantos votos de analfabetos intelectuales o tontos de los cojones.

Ahora, su líder chabacano y la amnésica florero, atacan de nuevo con el secuestro del pesquero Alakrana. Resulta que el hazmerreír de España y la mujer florero dicen que el gobierno es el culpable de la captura. No se si lo que quieren decir es que Zapatero y su gobierno son los que se dedican los fines de semana a asaltar barcos en Somalia, o que son los que financian en la sombra a los terroristas. Ninguna de las dos opciones es justificable que salgan por la salivosa y sebosa boca del fumador de puros. Pero igualmente tampoco es justificable que lo que quiera decir el tontolaba es que ZP es culpable del secuestro por no poner militares armados en los barcos. Todos sabemos que el PPITO confunde lo público con lo privado, que confunden las cajas contables “A” y “B” y que se pueden gastar en chaperos los dineros de los impuestos sin el más mínimo rubor. Ahora de ahí a pretender que con el dinero de todos protejamos de ladrones y asesinos negocios y propiedades privadas, va un trecho. Si el salivoso y la florero tuvieran un poco de decencia y de integridad, no se les hubiera pasado por la cabeza tan soberana memez. Porque podemos empezar por proteger de los asaltadores somalíes los barcos pequeros, seguir por poner dos soldados en cada sede del PP, en los bares amenazados por ETA, en el bar del Albacete dónde unos asaltadores dejaron en coma a su propietario y acabamos en mi casa que como estamos de obras y tenemos andamios, tenemos el mismo derecho que el pequero vasco.

Eso sí, estos asaltayuntamientos, son los que empezaron a cambiar a la guardia civil por vigilantes privados en sedes ministeriales y edificios públicos. Entonces primaban las compañías de vigilancia privada en las que tienen grandes amigos entre sus directivos. Si el ejército no protege a las personas ni las instalaciones de la administración pública, ¿por qué ha de proteger a trabajadores y bienes privados en aguas internacionales?