martes, 16 de noviembre de 2010

La que se avecina..., de nuevo

Nueva tormenta se avecina desde el Atlántico. Parece más que probable que la UE acabe rescatando la deuda Irlandesa que según su propio Ministro de Hacienda sólo tiene estabilidad hasta junio de 2011. Por otro lado, las palabras del Ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Teixeira dos Santos al Financial Times, "el riesgo es elevado porque no estamos enfrentándonos sólo a un problema nacional de un país", han provocado un nuevo maremoto que, como siempre en los políticos, ha acabado siendo desmentido por el propio Ministro con el ya consabido “sacado fuera de contexto”.

Pero, aunque la situación Irlandesa y Portuguesa me preocupa, la española me enrabia, me sube la bilirrubina y me enciende sobremanera el ánimo. No porque España esté al borde de la bancarrota que no creo que lo esté (y aunque lo estuviera, la solución no es el rescate sino la ruptura. Es decir, no pagar los intereses de la deuda a esos hijoputas que se están haciendo de oro a nuestra costa). Lo que me preocupa sobremanera son los “testigos” de una nueva vuelta de tuerca al ajuste que acabaremos pagando de nuevo, primero los funcionarios y después el resto de ciudadanos.

Si anteayer el crápula de la dentadura postiza, a la sazón Gobernador del Banco de España, avisaba al Gobierno de que debe de seguir por el camino de las reformas y de la contención del gasto, hoy el Vicepresidente del Gobierno Manuel Chaves (Ariquitaun) se ha despachado a gusto, no sé si con un globo sonda, o con una maledicencia en la que insta a los funcionarios públicos a cargar, de nuevo, con el peso de un nuevo recorte salarial. Se trata, según ha sondeado Ariquitaun de reducir el gasto del estado a base de pagar a los funcionarios según su productividad. El salario según productividades es algo ya contemplado en el Estatuto Básico de los Funcionarios y que, hasta ahora, el Gobierno se ha negado a cumplir alegando que eso elevaría el coste salarial. Pero si los funcionarios cobran por productividad, ¿por qué no el Presidente del Gobierno, los Ministros o los diputados?¿podremos alegar los funcionarios estar trabajando en nuestra casa cuando no asistamos al centro de trabajo?¿si hay que hacer recortes, por qué seguir pagando salarios a exministros y exdiputados?¿por qué no se le pega el tijeretazo a la Casa Real?

Otro de los “testigos” es el sanitario. La Ministra de Sanidad, Leire Pajín, ha relatado hoy, que no descarta subir de nuevo los impuestos al tabaco para incrementar el presupuesto del Ministerio de Sanidad. No es que me importe mucho porque yo no soy fumador. Pero si me preocupa que este nuevo “globo sonda” indica que el copago está al caer y que iniciativas como la del Gobierno de Galicia de no pagar aquellos medicamentos recetados que no sean el más barato del mercado, se acabarán imponiendo en todo el estado. Porque no se trata de ahorrar (si así fuera, se obligaría a las farmacéuticas a envasar pastillas en botes para ser dispensadas por unidades). Se trata de imponer el pago de medicamentos a los ciudadanos y de que el estado decaiga de sus obligaciones con sus administrados.

Así pues, se avecina tormenta de nuevo. Una tormenta promovida por un Gobierno de DERECHAS, camuflado en un nombre socialdemócrata, y que parece más tendente a preocuparse por los explotadores, demagogos y trileros de manos manchadas de sangre, que por los ciudadanos de a pie que pagan religiosamente impuestos y por tanto sus excesivos salarios, y por los pobres que están sin trabajo y sin recursos y que acuden a votar cada cuatro años.

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Imagen: basada en esta

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