domingo, 14 de noviembre de 2010

Malos tiempos para la lírica






Tras el paso de Jesús Eguiguren por el programa de la Sexta "salvados" (domingo 7 de noviembre), la "mafia" fascista de España, ha emprendido una especie de cruzada para su linchamiento político. Vaya por delante mi nula simpatía por una persona condenada por violencia machista (sea o no un hecho puntual, o sea o no respuesta a la violencia verbal de la esposa). Dejando a un lado a Eguiguren y a su pasado personal, es escandaloso el movimiento emprendido por los fascistas y sus grupos mediáticos contra quienes queremos una salida más menos airosa del problema del terrorismo y no una simple salida por "machacamiento" del contrario, porque queramos o no, la izquierda abertzale existe y representa los ideales de algunos miles de personas en Euzkadi.

Porque hemos llegado a un punto, en este puñetero país, en el que NO es delito proclamar soflamas a favor del eunuco genocida que nos masacró durante casi cuarenta años, pero es peligroso y puedes acabar en los tribunales si te posicionas a favor de una posible negociación con la izquierda abertzale o si hace treinta años hiciste un vídeo medio en broma, medio en serio sobre un crucifijo y un asado, o incluso te inhabilitan como juez por cumplir la ley intentando abrir un juicio a los asesinos del franquismo.

Luego está la importancia que se le está dando por todos esos estúpidos panfleteros fascistas que se autodenominan periodistas, a la opinión de las víctimas del terrorismo. Las víctimas, sólo son eso, víctimas (que no es que sea poco y bastante desgracia es haber perdio a un ser querido asesinado por unos hideputas mafiosos). Las víctimas deben tener el reconocimiento como tal y su "compensación" económica que es la única que el estado puede darles ya que, aunque nos gustaría, no podemos devolverles la vida a los suyos. Pero las víctimas nunca pueden imponer la política a seguir, ni tampoco la modificación de leyes. Si así fuera, aún seguiríamos cortando manos a los ladrones, lenguas a los espías y seguiríamos matando a garrote a los asesinos. Si todos esos cazurros no entenderían que los represaliados por el genocida eunuco, pidiéramos la cárcel eterna para Fraga (como Ministro de Franco) o algún que otro general o juez que participaron en el estado de represión, ¿porqué se empeñan en que una asociación de víctimas pueda imponer penas intemporales a los abertzales?

Como decían Golpes Bajos, malos tiempos para la lírica. Malos tiempos para la democracia. Malos tiempos para los demócratas y malos tiempos para las personas. Sólo las alimañas sobreviven cuando lo único que importa es doblar la ganancia y cuando todo está bajo el poder de los tiranos tratantes.