martes, 7 de diciembre de 2010

Nuevamente nos PISA la educación

Un año más, el informe PISA nos proclama como un país mediocre, con alumnos mediocres y con padres aun más mediocres.

La educación, debería ser algo en el que el consenso debería primar por encima de cualquier otra cosa. La educación debería ser una de las partidas más sólidas de los presupuestos generales de cualquier comunidad autónoma. La educación y el nivel de cultural, debería preocuparnos a los padres bastante más de lo que hasta ahora nos preocupa.

Como muestra, esta mañana escuchaba a la Consejera de La Rancia en temas de estudios (que no educación) echarse flores sobre los buenos resultados obtenidos en la CAM y sobre el desastre de las leyes educativas socialistas (decía ella). Partiendo de la base de que en comprensión lectora Madrid sólo supera en 9 puntos la media de la OCDE y que en Matemáticas seguimos siendo mediocres y en ciencias ni siquiera llegamos, no sé por qué esta señora se echa tantas flores.

Una cosa que me ha llamado la atención es que los repetidores en Madrid (pg. 108) son porcentualmente muchos más en educación primaria que en secundaria. Quizá tiene mucho que ver, la falta de psicólogos infantiles en los colegios madrileños, dónde un profesional tiene seis colegios bajo su tutela y dónde problemas de dislexia, dislalia, niños superdotados, etc, no pueden ser diagnosticados a tiempo y provocan la repetición de curso. No creo que este tipo de problemas sea achacable a la LOGSE, LOE, o a cualquiera de las normativas del P$%€, sino más bien a la falta de medios que La Rancia y su neofascismo presta a sus colegios públicos.

Muchas y diversas son las causas del fracaso escolar. Una de ellas y la más fácil de superar es la poca atención que prestamos a nuestros hijos y el consentimiento como forma de educación. Del padre totalitario, poco razonable y negacionista de las generaciones anteriores, pasamos al padre colega, consentidor y consumista de la época actual. Venimos cansados del trabajo y no prestamos atención a nuestros hijos y es más fácil dejarles ver la televisión (en su cuarto por supuesto), el ordenador o comprarles lo que nos pidan, que prestarles ayuda en sus estudios, escucharles es sus problemas o enseñarles el valor del esfuerzo. Mucha culpa del poco valor que se le da al esfuerzo es de los años anteriores a la crisis, dónde cualquier patán sin educación, estudios o formación, podía ganar tres mil euros al mes montando calderas, ventanas de aluminio o vendiendo casas (lo que no significa que todas esas profesiones estén ocupadas por patanes ignorantes). Otra gran parte de culpa es de esas cadenas basuras de televisión dónde una analfabeta integral cuya fama viene de haber tenido una hija con otro analfabeto integral matador de toros, es considerada la princesa del pueblo y se arrastra por los platós de la cadena soltando sandeces por su boca pero llenando su cuenta corriente. Es el triunfo de la cultura del pelotazo famoseico, del patán graciosillo o del mercadeo de la intimidad.

Los padres, creemos que el colegio debe educar (en modales) a nuestros hijos, pero si no nos gusta el resultado, nos llevamos al niño de la mano y le montamos una bronca al profesor delante de él o le pegamos un puñetazo en la cara. Si les castigan y le expulsan por mal comportamiento, nos enfrentamos con la dirección aduciendo que el castigo es para nosotros. Consideramos que la escuela es el lugar dónde dejar a nuestros hijos mientras trabajamos, y nos quejamos de los “excesivos días de vacaciones” que tienen y del escaso horario dónde dejarlos aparcados. A la muchos padres no les importa si las materias son o no apropiadas o si los menús son apropiados o si se les está educando en el odio al distinto o en el rencor.

El Partido Patrincar se queja de que las leyes educativas aprobadas por el parlamento con gobiernos del P$%€, son malas y de que las materias no son las adecuadas. Por experiencia de mi hijo, puedo decir que nunca antes se había dado más y mejor materia educativa. Se les enseña desde la primaria a comprender lo que leen, a entender el porqué de las matemáticas y a que sepan de su cuerpo, del medio que les rodea y de la sociedad en la que viven. Probablemente no sepan los afluentes del Duero por la derecha, y a lo mejor tienen que pensar cuanto son siete por nueve, pero a cambio saben cuáles son los huesos del cuerpo humano, cómo se reparten dos pizzas entre siete amigos en partes iguales o que la lectura es un mundo de aventuras sin fin.

Por último, del informe me ha llamado la atención que Corea del Sur sea uno de los dos países mejor tratados en el informe. Lo que prueba que, el informe se basa en unos métodos que los países estudian para mejorar en el ranking y que la inversión económica por alumno es directamente proporcional al resultado obtenido.

Ahora, sólo nos cabe preguntar si nuestros políticos quieren personas educadas y con un nivel cultural alto (personas generalmente con inquietudes, protestonas, poco conformistas y dadas a movilizarse ante las injusticias) o borregos televisivos que sueñen con llegar a ser famosas, ganar mucho dinero y mientras, acepten de buena gana todo lo que les viene dado.

Como digo siempre, salud, república y más escuelas públicas y laicas.

Imagen: Carlin