lunes, 31 de enero de 2011

Empiezan a tener miedo


Después de ver este fin de semana la convención del P$%€, tengo claro que, o Zapatero nunca fue el político en el que yo confiaba o ha cambiado tanto que como decía Alfonso Guerra de España, ya no le reconoce ni la madre que le parió.

Y veo que a Zapatero le ha entrado el miedo en el cuerpo. Lo demuestra cuando dice que quiere para los países hermanos del norte de África, lo mismo que para nosotros: reformas democráticas, libertad, progreso y justicia social. Pero a continuación añade algo muy importante: “que queremos los cambios pacíficos y que queremos y nos comprometemos a que la Unión Europea de un respaldo de futuro a esos cambios”. Y digo que tiene miedo porque, reclamar cambios pacíficos cuando en Túnez, hubo más de 78 muertos en la revuelta, cuando si no llega el pueblo a salir a la calle y a prenderle fuego al estado, aún estaría en el gobierno el dictador Zine El Abidine Ben Ali, (quien por cierto gozaba de todos los parabienes de la Unión Europea), digo que reclamar cambios pacíficos es como pedirle a un pirómano que queme el campo sin fuego. Pero Zapatero como buen capataz del dueño del chiringuito ( los mercados) intenta mitigar ese miedo pidiendo a la gente paz y tranquilidad. Y más sabiendo que a Hosni Mubarak le queda telediario y medio en el poder y todo como consecuencia de otra revuelta también poco pacífica (Mubarak ha sacado primero a la policía contra los ciudadanos, luego al ejército y hasta los tanques).

Porque después de rebajarnos los salarios a niveles de los ochenta, después de una serie de reformas laborales (“por nuestro bien”) que nos han dejado casi sin derechos (que costó más de un siglo conseguir), después de que, a pesar de esas reformas que iban a crear empleo y fomentar el consumo, el paro siga aumentando día a día y el consumo cayendo, después de haber finiquitado las pensiones (porque nadie podrá lograr treinta y siete años de cotización para jubilarse con el 100%), después de todo eso y ver la que se está montando en el norte de África, el mayoral, los capataces y los dueños del chiringuito han cogido miedo. Miedo a que se extiendan las revueltas por Europa y sobre todo, a que esas revueltas acaben en un baño de sangre contra los que nos han llevado a este caos y sobre todo, contra los que, en lugar de enderezar las cosas, han permitido que éstas se hayan retorcido más y más hasta llevarnos al hambre, la miseria y el trabajo en términos de semiesclavitud.
Cuando el capataz tiembla es porque el Jefe le está apretando las tuercas.

Lo peor de todo es que Mariano “El Babas” está a punto de llegar al Gobierno con unos proyectos que, si en este país no hubiera tanto subnormal profundo (con perdón para los deficientes que no tienen ninguna culpa) serían para pagarle un viaje sin retorno al centro del Sahara. Porque como no tiene medidas de ningún tipo, porque las suyas ya las está llevando a cabo Zapatero, y porque sabe (o debería saber) que el paro en España no es consecuencia de la crisis, sino de que en España no hay tejido productivo (intentad recordar el nombre de diez empresas que tengan más de dos mil empleados), digo que como no tiene medidas para acabar con el paro, saca a la luz en una entrevista con el Inmudo panfleto barriobajero, que sus medidas son las que se le ocurren a cualquier tonto de los cojones comiendo cacahuetes en el bar de la esquina mientras se pone ciego a tinto Don Simón: “Cerrar o privatizar 4000 empresas públicas”. ¿Y esto, Mariano “El Babas” en que le va a beneficiar a mi vecino el del quinto que está en el paro? También propone echar a la calle a asesores y personal de confianza de las administraciones públicas. Y sigo preguntando, ¿Y eso, Mariano “El Babas”, en qué beneficia a la mujer de mi vecino el del tercero que también está en el paro? No digo que no sea necesario despedir a tanto asesor externo de las administraciones y sustituirlos por funcionarios de carrera que para eso están. Digo que esa medida (y la otra) no sólo no van a crear empleo, sino que lo destruirán. Para crear empleo, hay que mejorar el consumo. Para ello, la gente tiene que tener trabajo. Para que la gente tenga más trabajo, hay que NACIONALIZAR los bancos para que el estado pueda dar el dinero de sus ganancias en préstamos para proyectos de negocio. No se puede volver a basar el crecimiento en el ladrillo. Por eso medidas como las que propone El Babas de volver a desgravar por la adquisición de la primera vivienda, no son buenas y sólo son beneficiosas para las constructoras y bancos (los amigos del Babas). Cerrar las 4000 empresas públicas llevará al paro a más de 200.000 personas. Personas que comen todos los días, que usan lavadoras, frigoríficos, ollas, jabón, etc. Es decir, que se retraerá el consumo.

Quizá sea mejor que gane El Babas. A lo mejor así, la mecha arde mejor y más rápido.