martes, 1 de febrero de 2011

Carta abierta al Secretario General de CCOO

Compañero Ignacio Fernández Toxo:

Quiero decirte que, al igual que Zapatero, me has fallado. Que cuando fuiste elegido Secretario General y por fin nos librábamos del doctor liberal, tenía la esperanza de que el sindicato al que me afilié allá por los años ochenta del pasado siglo, volviera a ser ese sindicato de clases de sus orígenes.

Ya sé que hay mucha gente trabajando para el sindicato a la que hay que pagar. También se que los tiempos son difíciles y aún más en este país de burgueses dónde no hay costumbre de comprometerse con nada y si la de criticar a mansalva. También soy consciente de que con lo que pagamos los afiliados, el sindicato no podría funcionar y que por tanto necesitamos del dinero que, como a los demás sindicatos, nos corresponde por ley.

Es más, soy consciente de que los que fuimos la última huelga general, no lo fuimos en suficiente número como para poder presionar a un gobierno que ha visto la luz del liberalismo como quién va a una reunión de una secta y acaba dándole todo lo que tiene. También puedo llegar a entender que este Gobierno ya no tiene talante negociador y que no negocia sino que impone.

Pero, por muy abierta que tenga mi mente y mi intención, no puedo entender las palabras de que el acuerdo de las pensiones es una victoria porque se ha conseguido rebajar las pretensiones del Gobierno. Porque no podemos comparar con lo que proponía el Gobierno sino con lo que dejamos atrás. Y lo que dejamos atrás es tanto, que ninguna persona en su sano juicio puede renunciar. Lo que pretende el Gobierno con este acuerdo es un balón de oxígeno que le permita presentar esta miseria a la ciudadanía como el éxito del consenso. Nadie en su sano juicio puede firmar un acuerdo que FINIQUITE las pensiones. Porque compañero, necesitar treinta y siete años cotizados para cobrar el cien por cien de la pensión es acabar con esta prestación. ¿Quién va a conseguir llegar a los 37 años cotizados en un mercado laboral en el que los jóvenes no tienen cabida y en el que a los mayores de 45 años no los quiere nadie? Ya no se trata sólo de elevar la edad de jubilación (que también), sino de un proceso completo, junto a la reforma laboral en el que se pretende acabar (y se está acabando) con el estado social. Muchas de las reivindicaciones de finales del siglo XIX y principios del XX se han ido al garete. Reivindicaciones que, para su consecución, nuestros antepasados tuvieron que pagar con sangre y sudor.

Por eso, te pido, es más, te ruego que CCOO no firme este acuerdo que acabará con las prestaciones de derechos pasivos. Porque un mal acuerdo con la imagen de consenso, es peor y nos va a hacer más daño que no firmar nada y que el Gobierno lleve a cabo su maquiavélico plan.

Ten presente que, aunque sólo soy un afiliado más, la firma de este acuerdo dará probablemente una nueva aportación económica a nuestro sindicato pero me dejará a mí en la cuneta. Un afiliado menos, el sindicato podrá resistirlo, pero no podrá resistir el desgaste que ya de por si es enorme.