miércoles, 16 de febrero de 2011

Mauricio Colmenero existe


En todos los pueblos de España hay un tonto y un marqués. El tonto, a veces resulta no serlo tanto, y el marqués es aquel, que sin saber nadie muy bien de dónde le vienen los ingresos vive como un general, tiene muchos interesados que él llama amigos y es una de las fuerzas vivas del lugar.

Si tuviéramos que imaginar un perfil de tan asqueroso personaje, se parecería muy mucho al tal Mauricio Colmenero, personaje de la serie AIDA. Un personaje fascista, adorador del franquismo, machista, que se ríe de los “rojos” sobre todo si son pobres, que trata a los inmigrantes como esclavos, ignorante, analfabeto, soez y altanero. Católico practicante que no duda en irse de putas a la menor ocasión. Es un tipo de personaje que gusta mucho en las clases medias porque confunden la ordinariez y el fascismo con aquello que suelen llamar “verdades como puños”. Es el caso también de la analfabeta de San Blas.

Bien, este tipo de personajes tienen su máximo exponente en “il cavaliere” Benito Berlusconi y en el curilla valenciano. Berlusconi es un tipejo machista, soez, que presume de haberse acostado con las mujeres más hermosas del mundo, y de nunca haber pagado por ello, aunque todos sabemos que el cien por cien de las últimas lozanas que han asistido a sus fiestas lo han hecho para poder ganarse los garbanzos. Un tipejo multimillonario que nadie sabe de dónde saca la pasta aunque todo el mundo lo supone. Supuestamente miembro de la “Cosa Nostra”, presidente del Milan y de Italia con más de un 50% de los votos. Un tipejo, que para evitar ser condenado por cohecho, estafa y robo, ha sido capaz de cambiar la legislación de su país amparándose en el poder de los votos.

El curilla valenciano es otro tipejo de perfil colmenero. Presumió de pagarse unos trajes, punta del Iceberg del mayor caso de corrupción y estafa al estado de toda la historia de España, y al final ha tenido que salir al paso intentando desviar la atención diciendo que unos trajes no son nada y que él no se vende por apenas 14.000 euros (mensaje muy, pero que muy creible porque somos conscientes de que el caso gürtel es mucho más que catorce mil euros y más de 14 millones e incluso muchos más de 140, incluso podría acercarse a los 1.400). Católico como Berlusconi, es capaz de gastar lo que no tenía en la visita papal. Presuntuoso como Berlusconi, es capaz de gastarse lo que no es suyo en traer la Fórmula 1 a Valencia para escarnio de las gentes de bien y beneficio de los empresarios amigos. Al curilla, no le hace falta cambiar las leyes, de momento, para librarse de sus malas acciones porque confía en los “más que amigos” que están bajo el amparo de Temis. No representa ser tan gañán como Don Benito, aunque sus modales chabacanos son idénticos a la hora de tratar con la oposición. Y al igual que su compadre italiano se ampara en el poder de los votos para sus correrías.

Que tantos millones de estúpidos sean capaces de seguir obnubilados el son de las flautas de Bartolo que ambos tocan, sería tema de un estudio sociológico de matrícula de Honor. Que tantos anormales sigan a estos Amelines de tres al cuarto que, mientras les tocan música celestial, les roban la cartera, es propio del tercer mundo. Quizá su catolicismo exacerbado tenga mucho que ver en esto.