lunes, 25 de abril de 2011

matones políticos...


Ahora que se ha acabado una semana basada en el terror, el rencor, el no perdón y el recuerdo de lo que la biblia dice que fue una injusticia (justamente todo lo contrario de lo que la iglesia proclama: perdón, olvido y la otra mejilla), y precisamente porque el ser humano es muy dado a la venganza, al diente por diente y a creerse en posesión de la única verdad y de la solución a todos los problemas, la situación actual de la política antiterrorista en España, tiene mucho de todas esas carencias del hombre y de las que alguno intenta sacar partido.

Si antes de que la lluvia provocara angustia, tristeza, zozobra y lloros en unos y satisfacción e indiferencia en otros, la estrategia del Partido Patrincar consistía en hacerles ver a sus poco inteligentes votantes que, la culpa de que Troitiño dejara la cárcel es del Gobierno, después del sol y el calor en el norte, dónde la Semana Santa se parece mucho a lo que realmente es, vacaciones de primavera, y del frío, la lluvia y la hipocresía en el Sur, las estrategias se han unido a fin de ilegalizar lo imposible de ilegalizar con la ley en la mano, pero que acabarán haciéndolo, porque el odio manda y las estupidez también.

El Partido Patrincar, se parece mucho a esos matones juveniles que, sabiendo que son más fuertes que los demás, se dedican a provocar buscando pelea. La fortaleza de los del trinque, viene dada por eso que explicaba antes de que el ser humano es más dado a la venganza que al perdón y más dado a tomarse una justicia hiriente que otra que solucione el problema. Más o menos, todos hemos asistido alguna vez a una situación en la que el matón de turno te acusa de algo y cuando balbuceas que tú no has sido, le da la vuelta a tu argumento y te pregunta aquello de “¿Me estás llamando mentiroso?”. Pregunta trampa porque si dices que no, admites aquello de lo que te acusan y acabas cobrando y si dices que si, acabas cobrando igual. En el tema del terrorismo, los del trinque son ese matón. Acusan al gobierno de complicidad con los terroristas, y cuándo el gobierno replica que es cosa de los jueces, acaba cobrando porque a los simplensantes ya les ha llegado el mensaje que los del trinque querían trasmitir y si no replican, el mensaje acaba llegando igual por aquello del que calla algo oculta.

El caso, es que el Gobierno, siempre a remolque de la estrategia de los del trinque, a pesar de todos los detenidos, a pesar de que ETA está finiquitada socialmente y al borde de la quiebra política, siempre aparece como el “amigo” de los terroristas. Porque, al igual que el matón infantil no espera que nadie le rebata y cuando alguien lo hace se achanta y recoge velas, si el gobierno ignorara las amenazas del trinque y no le siguiera en el juego de la ilegalización, al menos, podría apuntarse el tanto de la desaparición de los asesinos.

En quince días, hemos pasado de hablar de la desaparición de los terroristas a comunicados de los asesinos al más puro viejo estilo. Y no duden que, si al final, los etarras desaparecen, aunque el gobierno haya hecho más que nadie por ello, los fascistas del trinque, se anotarán el tanto.