domingo, 3 de julio de 2011

Teddy Bautista, el anti-Lute, el anti-Robin Hood.




Recuerdo que, cuando era pequeño, había un malhechor en España que era el héroe de todos. Eleuterio Sánchez, un quincallero salmantino, más conocido por “El Lute”, a quién el franquismo tomó como cabeza de turco para hacer que el pueblo olvidara alguno de los grandes problemas del régimen, ladrón de gallinas por necesidad y acusado falsamente de asesinato, se convirtió en la pasión de muchos de los españoles de los últimos años de los sesenta y primeros de los setenta del siglo pasado.


El viernes, sucedió sin embargo, todo lo contrario. Si hubiéramos sido americanos, habríamos salido a la calle con guirnaldas y matasuegras a celebrar la detención de Eduardo Bautista (más conocido por Teddy Bautista) y sus secuaces, a la sazón dirigentes todos de la denostada y odiada SGAE.


El antiparlelismo entre El Lute y la SGAE, es todo un paradigma. Mientras al Lute se le acusaba falsamente de asesinar a un joyero en Madrid para convertir a este robagallinas en un peligoso delincuente y así hacer que el populacho se entretuviera con algo y no hablase “de Don Claudio”, la Collares, el Marqués que ustedes saben y los favores del régimen, la SGAE ha gozado de toda la simpatía y favores del Gobierno de Zapatero, quiénes se han esforzado en llenar las arcas de este estamento PRIVADO, mediante una especie de impuesto recaudatorio, que nos convierte a todos los españoles en maleantes ladrones.



La SGAE, se ha ganado el odio de la gente con creces. No sólo nos cobra, con la connivencia del Gobierno, un canon por todo aparato reproductor o por cada soporte digital (discos, memorias, etc.) con la escusa de que podemos usarlos para hacer copias ilegales (que es lo mismo que si, cada vez que compramos un cuchillo de cocina, nos metieran dos meses a la cárcel, por si lo usamos para matar a alguien), sino que en su espiral vorágine recaudadora, se han convertido en los anti Robin Hoods que le roban a los ancianos y a los necesitados cobrando derechos a festivales benéficos en los que ni el propio cantante lo hace o en actuaciones populares como obras de teatro en Fuenteovejuna o Zalamea.


Su sistema de asociamiento y derecho al voto es también cuando menos discutible en una sociedad que se dice democrática. No todos los socios tienen el mismo derecho al voto. A mayor número de ingresos para la sociedad, mayor número de votos. Y también es curioso que personas como Caco Senante, del que desconozco el número de discos vendidos a lo largo de su vida pero os reto a que tarareéis alguna canción suya que no sea la del Mojo Picón, sean de las personas que más ingresen en esa sociedad.



Por último, me parece asquerosamente estúpida la salida de tono de Calamaro, al que he admirado como músico pero al que después de su capullada del sábado y del fin de semana en twitter, le recomendaría que cambiara de farmacia, porque creo que la que usa le está dando gato por liebre y le está haciendo perder la realidad y estar absolutamente volado entre elefantes azules.


Muchos de los internautas, estamos a favor de los derechos de autor y del pago por escuchar música por ver películas o series. Lo que no estamos es porque nos consideren delincuentes, por que una sociedad privada recaude sus fondos a través del estado, o porque, si lo que pagamos es una especie de impuesto, las cuentas de esta sociedad sean tan opacas y su funcionamiento una oda al fascismo.



Que sean los jueces y tribunales quienes digan si lo que muchos sospechamos es cierto. Que sean los jueces los que pongan en su sitio a estos señores que, por lo que parece, nos tratan a los demás de delincuentes y presuntamente, ellos son los que dan ejemplo.