lunes, 22 de diciembre de 2008

Adios, Antonio, Adios


Ayer 21 de Diciembre, se ha ido un amigo. Una persona llana, amable, muy divertida y sobre todo bondadosa. Alguien de los que ya no quedan. Alguien al que le pedías un favor y te lo hacía antes de pedírselo.
Recuerdo, siendo yo un niño, cuando tu ya eras un hombretón, que tu carismática forma de ser atraía a niños, jóvenes y sobre todo jóvenas. Tu eras el alma de cualquier fiesta. Tu eras la fiesta en si. 
Luego, pasados los años, hemos compartido tertulias taberneras, alguna que otra chuletada (en tu casa por supuesto) y hasta estuvimos a punto de ir a esa delirante caminata a través de monte y sembrados a las tres de la mañana de un día de agosto.  Tu no pudiste, porque, al parecer, tus fuerzas ya no te lo permitían y yo porque mi padre estaba aún en el lecho que le llevó a la muerte. 
Recuerdo tu construcción de nuestras primeras porterías metálicas. El soporte del contrapeso de las canastas de baloncesto, la paella en la que se ha cocinado más de 2000 raciones de arroz. 

Allá dónde vayas, amigo, no nos dejas sólos. Tu recuerdo estará siempre con nosotros. 

En memoria de José Antonio Camarero. Amigo.