lunes, 16 de febrero de 2009

¿Vendrá el ICONA a rescatar a la alimaña?


Dicen los que se dedican a la ancestral y salvaje diversión de la caza, que no hay situación más peligrosa que cuando uno dispara a una pieza salvaje y ésta acaba herida de gravedad pero con fuerza para arremeter contra el cazador. 
La situación de lo que es de conocimiento público, pero de difícil demostración (o imposible), en los lugares dónde gobierna el partido de la gaviota, se asemeja mucho a una situación de caza mayor. La fiera se siente herida (aunque no de muerte, si gravemente) y arremete contra el cazador de forma violenta. El cazador que es un tío con experiencia, se encuentra resguardado tras un búnquer de difícil acceso contra el que golpea con tesón la fiera herida. La fiera sabe que si consigue acceder al tipo de munición que usa el cazador, podrá obtener cura. Pero el cazador resiste, de momento, las embestidas llenas de mala leche y mala baba. El cazador, tiene a tiro otras piezas de la manada, pero sabe que si su disparo no es lo suficientemente certero, tendrá que dejarlas para otros cazadores, quizá menos diestros en el arte de matar o quizá mas abiertos a las simpatías de ese tipo de fieras, que preferiría dejarlas escapar en lugar de acabar con ellas. La fiera herida, insiste una y otra vez en hostigar al cazador y así conocer las piezas que este tiene a tiro. 
De momento, el cazador aguanta las embestidas de la horda gaviotinil. El macho viejo dominante, se esconde en la guarida, sus cachorros andan temblorosos pero a salvo en otra selva, la loba madre quiere morder al nuevo-viejo macho y los zánganos de la manada han sido abandonados a su suerte. Esperemos que el ICONA no salga al rescate de la fiera alegando que son seres protegidos y en peligro de extinción.