El Registrador de la propiedad y “tonto de España”, se afana cuán estrella del rock en hacer galas por las vastas llanuras castellanas.
Éste debería se un mal año de cosecha de votos para
Pero me temo que aquí, lo que se pretende no es recoger buen cereal sino maleza, lo que se pretende no es hacer buen pan con buen trigo, sino hacer pan que se “venda” bien y que de muchos beneficios, aunque la digestión de dicho pan provoque acidez y malas digestiones.
Por eso el registrador y “tonto de España” está haciendo bolos, cuan sirena que encandila a los malos marineros. Porque aunque parco en palabras, de escasa o nula atracción personal y bastante hosco, siempre hay “tontos de los cojones” a los que influir. Siempre hay hombres y mujeres, adoradores de una infancia feliz, que confunden la realidad con los recuerdos. Que confunden sus juegos de niños con la situación política de la época. Que no distinguen el respeto del miedo. Son aquellos que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y ahí es dónde el registrador y “tonto de España” tiene su granero de votos. Son los llamados equidistantes. Los que se autoproclaman apolíticos pero que piensan que los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo a los españoles. Se autoproclaman “pasotas” de la política, pero se quejan de los impuestos que pagan ( y que evaden en cuanto pueden) y piensan que con