domingo, 31 de mayo de 2009

Los cínicos

El cinismo ha sido hasta ahora un movimiento filosófico de la Grecia antigua fundado por Antístenes y del que Diógenes de Sinope fue el filósofo más reconocido. Su desprecio por las riquezas y por cualquier forma de preocupación material, son las características esenciales de este movimiento.
Decía Oscar Wilde que “El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean”.
Bien pues a partir de ahora existe un movimiento en España que no se si se puede llamar cinismo, pero que está encabezado por los seres más cínicos, ruines, mentirosos y rastreros.
Este movimiento consiste en negar la evidencia, en echarle la mierda que uno tiene al contrario, en hacer que las cosas más nimias parezcan las más importantes y sobre todo en cargar sobre el contrario por cualquier cosa que haga.
Sólo los estúpidos insisten en sus errores y en seguir contando las historias que ya se han demostrado de son falsas o que son leyendas urbanas. Pero, a veces, los estúpidos cuentan con sus congéneres en intelecto que son de “piñón fijo” y que como están tan absortos en su único pensamiento e ideario son capaces de creer que la luna es una bombilla.
Sólo así se puede entender que diez millones de “tontos de los cojones” sean capaces de seguir, aplaudir , asentir y votar a un estúpido que niega lo evidente. A un ser que reniega de su sexualidad. A un ser que insiste en hacernos creer que nunca ha realizado vuelos digamos de carácter "no oficial" en aviones oficiales. A un ser que hace colocar en la web de su partido un vídeo para anormales en el que dice que todos sus viajes son en aviones comerciales, pero a su vez, acedde al avión sin guardar cola, viaja en un avión vacío, se le ve en un autobús de esos de los aeropuertos también sólo, y come bocadillos en la terminal en lugar de chuletones.
No me importa que en la web de la camorra se cuelguen vídeos estúpidos, lo que me desespera es que haya votantes amebas que no sean capaces de distinguir la ficción de la realidad y que no sean capaces de decirle a su líder que no se puede ser más tonto.