martes, 16 de junio de 2009

Manifestarse si, pero no por chorradas!


Estos días atrás se ha celebrado una manifestación en Sevilla contra la bajada del Betis a segunda y la gestión de su dueño y presidente D. Manuel Lopera.
Nunca he entendido porqué alguien puede salir a manifestarse a la calle porque un equipo de futbol o de ping-pong baje de categoría (la competición no está adulterada y por tanto por mucho que te manifiestes no va a cambiar la situación) y sin embargo no fueron capaces de luchar cuando esa famosa marca de cuchillas de afeitar se llevó su factoría sevillana a Polonia.
Recuerdo que hace unos cuantos años, un problema de solvencia de los clubs Celta y Sevilla, les llevó a un descenso de categoría. Este descenso se evitó saliendo a la calle y presionando para que la RFEF hiciera la gran cagada y volviera a admitir a estos dos equipos en la primera división más los dos ascendidos de segunda.
Bien, pues por aquellas mismas fechas, la Gillette cerró su factoría de Sevilla para llevársela a un sitio dónde los salarios fueran más bajos y la Citroën de Vigo despidió a un montón de trabajadores. Ninguno de los que salvaron al Sevilla y al Celta de jugar en segunda se manifestó contra el cierre de la empresa de las cuchillas ni contra el despido de los trabajadores del automóvil.
Y es que parece que el fútbol es la guerra medieval llevada a la modernidad. En el Medievo, las gentes luchaban por sus colores contra otros estados y otras gentes. Cuando la batalla acababa, los vencedores rapiñaban todo lo que quedaba de valor, violaban a las mujeres y masacraban a los niños. Ahora, la batalla se ha cambiado por un cuadrilátero de hierba con dos porterías, los guerreros son los jugadores y los vencedores, ya no se quedan con las pertenecías del equipo contrario, y muchas veces son los perdedores los que arrasan, pero en lugar de la ciudad del contrario su propia ciudad.
Circula, por ahí una teoría que dice que el hombre necesita la violencia para sobrevivir, y como ya no hay batallas a espada, eligen el fútbol como escusa y las farolas y escaparates como rivales de su violencia.
El otro día, cuando mi hijo vio la manifestación de Sevilla, me dijo
- Papá ¿porqué protestan?
Y yo le dije, porque el Betis ha bajado a segunda y no quieren que el presidente siga.
Y entonces, mi hijo, cuán sabio como todos los niños de su edad me contestó:
- Oye, que nosotros somos del Atlético y no hemos protestado porque el Barça haya ganado la liga…
Pues eso….