martes, 21 de julio de 2009

El impulso, ¡que mal consejero!


Este es un país que gobierna a golpe de impulsos. El llamado tercer poder, o sea la prensa, coge una linde y no la deja. Estos últimos días han saltado a todos los titulares las violaciones de mujeres por parte de menores. En algunos casos incluso muy menores (alguno no llegaba a los trece años). Entonces, llegan los meapilas prensiles y saltan a la palestra para que se rebaje la edad penal. Pero claro, justifican esta rebaja en sucesos asquerosos y totalmente punibles, pero no dicen que no se puede llevar a jucio a un niño de 12 años por una violación y no juzgar a otro de la misma edad por un hurto menor. Por que, ¿qué proponen? ¿Rebajar la edad de ser juzgado digamos para delitos muy graves y dejarla igual para el resto? ¿Y si mañana resulta que tres delincuentes menores secuestran a un niño enfermo? ¿Y si dentro de dos días le roban la cartera a un anciano que acaba de cobrar la pensión y con ella quería evitar un desahucio? No se puede gobernar, ni legislar a golpe de opinión pública. El delito de violación es algo espantoso, y punible pero no por ello debemos dejarnos llevar por el asco y la sensación de venganza. A un chaval que ha robado una cartera una vez le puedes joder toda su vida si le acabas juzgando y metiéndolo en la cárcel por ello. La educación debe de ser el camino para evitar este tipo de tropelías. Pero ahí topamos en muchos casos con la ineptitud de los padres y en otros con la imposibilidad de compatibilizar trabajo y tiempo de dedicación a los hijos.
Luego está claro, quien quiere pescar en rios revueltos, como hace siempre el PPITO (Partido para la Institucionalización del Trinque Oligarquico). Ellos abogan por la reducción de la edad penal, mientras que instan a cambiar la legislación para que el cohecho y la corrupción política dejen de ser delito. Ellos dicen que una mujer de dieciséis años no puede abortar sola porque es una niña, pero le dan mayoría de edad a quién con doce años roba una cartera. Ellos inciden en la peculiaridad y particularidad de unos pocos casos de curas violadores de niños, pero insisten en generalizar los actos de una juventud desencantada y mal educada como consecuencia de la falta de financiación de sus gobiernos al sistema educativo. Ellos insisten en llamar corrupto al juez que metió la mano en sus Correas, pero acuden a los juzgados que creen que les son proclives, para denunciar supuestos casos de acoso. Insisten en denunciar cualquier información que destape sus sucios manejos de la administración, mientras mantienen en sus puestos a presuntos estafadores y prevaricadores.
Estos son los primeros que no están interesados en cambiar culturalmente este país. Mientras haya borregos, seguirá habiendo votos ppitorios. Mientras haya crímenes, podrán convencer a los tontos que la culpa es de ZP. Mientras haya casos de violación de menores, habrá cortinas que disimulen sus correas y el trinque administrativo.