lunes, 20 de julio de 2009

Valdorrock 2009



El sábado 18, sobre las tres y veinte de la madrugada, empezaban los primeros acordes de Barón Rojo en la XI edición del Valdorrock. Tras unos eternos cincuenta minutos de espera tras la finalización del recital de Saratoga , empezaron estos monstruos de la música. No hay color. Se les ve que son profesionales y que viven de ello. Cuidado hasta el más mínimo detalle. Y tocan como los ángeles. No hay ni un solo desafino, ni una sola salida de tono. La música es acorde con las letras y acompaña. Tras una hora de presentación de nuevas canciones, con algún que otro antiguo éxito, llegó el deleite esperado por los que allí pintábamos canas y sonaron las melodías más conocidas por los viejos rockeros. Una actuación memorable para un festival que año a año supera sus expectativas y que debe ir pensando en tener una ubicación acorde a su importancia y algunas infraestructuras (como servicios públicos).
Lo más positivo es el ambiente, la educación que los que allí asisten y sobre todo el comportamiento social de estas personas vestidas con camisetas negras y que acuden única y exclusivamente a escuchar la música que les gusta sin buscar ningún tipo de pelea o comportamiento asocial.
Lo más negativo, los orines en la vía pública por falta de instalaciones y el nulo apoyo de empresas como Coca-Cola que hacen allí su agosto. (Recordemos que la bebida por excelencia de este tipo de actos es el calimocho que se hace con vino y coca cola a partes iguales).

Larga vida al Rock and Roll y un ocho para el Valdorrock 2009.