jueves, 23 de julio de 2009


En su estrategia de volver al Gobierno, el PPITO (Partido Para la Institunalización del Trinque Oligárquico), usa todo su arsenal. Ahora, la infantería está compuesta por los tratantes. (Decía un profesor mío de economía, que en España no hay empresarios sino negociantes y el tiempo me ha demostrado que ni siquiera son eso. Como mucho llegan a tratantes). Están intentando torpedear la acción del gobierno a base de una negociación imposible. Insisten en la rebaja de cinco puntos en su Cotización a la Seguridad Social, lo que provocará un déficit de alrededor de dos mil millones de euros en la caja única y por tanto la quiebra del sistema. Esto que parece una negociación alocada no lo es si pensamos que si se produjera ese déficit, deberíamos elevar la edad de jubilación para paliar en cierta forma la minoración de los ingresos de la Caja Única. Esta es otra de las pretensiones de los tratantes. Ayer, a última hora, volvieron con la cantinela de la reforma laboral.

Si el gobierno acepta su propuesta, habrán conseguido lo que se proponen: ahorrarse una pasta que dedicarán a fomentar sus yates de lujo y su derroche de champán en Marbella. Si el gobierno y los sindicatos rechazan las exigencias de los tratantes, empezarán con la propaganda de que el gobierno se somete a la dictadura de los sindicatos y que éstos no quieren negociar. Tan jodido es lo uno como lo otro.

Dice hoy 20 minutos, que Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la Sociedad Española de Tratantes, paga tarde a sus empleados. No es el único. Lo normal en este país es que de un tiempo a esta parte, los trabajadores de lo que llaman el sector privado de empresas pequeñas cobren cuando al Jefe le sale de los cojones. En las empresas que tengo cerca (de mi bolsillo), los acuerdos para cobrar entre el 28 y el 4 no se han cumplido ni siquiera el mes de la firma, y muchos meses las nóminas se ingresan cerca del 20 del mes siguiente. Las pagas extras se cobran con dos o tres meses de retraso y encima alguno de los tratantillos, dicen que no le dan ni las gracias por pagarles. Eso si, todos estos tratantillos, están siempre quejándose de lo malas que están las cosas pero su nivel de vida no se ha reducido ni un ápice.

Así que, lo que tiene que hacer ZP es pegarles la patada en el culo a estos sinvergüenzas y no volver a recibirlos hasta que quieran negociar de verdad. Negociar no es imponer. Los trabajadores debed de ser los que menos cedan en sus reivindicaciones, porque hasta ahora, han sido los más perjudicados. Cuando las cosas iban bien había que contener los salarios para que no subiera la inflación. Ahora que las cosas están peor, debemos trabajar más, más tiempo y por menos dinero para que no se caiga el sistema. Pues que se caiga de una puta vez y estos tratantillos se tengan que poner a currar.

Salud, trabajo, dignidad y tratantes a follar!