Se cumple hoy un año desde que el Negro-Blanco Obama ganó la presidencia de los países Usanianos y un poco más de nueve meses desde la toma de posesión. No es mucho tiempo pero el suficiente para poder haber atisbado algunos cambios que aún no se han producido. Nunca fui muy partidario del espejismo Obama (aunque sí de que llegara a la Casa Blanca) y aunque ha habido pequeños guiños a la solidaridad y a la justicia social, en lo esencial nada ha cambiado.
¿Cuánto tiempo se tarda en firmar la carta de los derechos de los niños? ¿Y los tratados internacionales de reconocimiento de tribunales de justicia como el de La Haya? ¿Y el cierre de Guantánamo y la liberación de todos los que allí malviven?
Prometió un cambio en el sistema económico y no se ha producido (ni siquiera lo ha intentado). Prometió acabar con la ocupación de Irak y tampoco lo ha intentado. En Afganistán saldrán corriendo en cuanto el nuevo presidente se haga definitivamente con el gobierno.
En lo positivo está el intento de instalar una seguridad social para todos los usanianos, el cambio de la política exterior en la que están haciendo verdaderos esfuerzos para que el resto del mundo no vea a USA como una amenaza prepotente y sobre todo en el cambio de posicionamiento en el conflicto entre Palestinos e Israelitas aunque siguen votando contrariamente a las resoluciones contra Israel.
En fin, que Supermán Obama lleva nueve meses en el gobierno de la nación que dirige el mundo sin que aún se haya hecho con el poder. Al igual que sucede en España y en muchos otros países una cosa es el Gobierno de la Nación y otra el poder que todo lo controla. Y el caso USA, dónde están los titiriteros que manejan todos los hilos del mundo no iba a ser menos. Obama pasará a la historia como el presidente que pudo y no fue. De eso se encargarán los poderosos. De momento ya han conseguido a base de manipulación informativa , que su popularidad haya caído treinta puntos en un año y que no se apruebe la instauración de la Seguridad Social americana.
¿Hasta cuando?
