Dice un refrán castellano que se coge a un mentiroso antes que a un cojo y otro que el tiempo da y quita razones.
Hace unos meses, una de las numerosos polémicas emprendidas por el partido pa trincar, acusaba a Zapatero de usar un avión que pagábamos todos para acudir a actos electorales. En la misma trifulca los señoritos de la mentira, la desfachatez, el despilfarro y la estupidez mental, decían que ellos jamás habían usado aviones para acudir a mítines y actos electorales.
Mira por dónde, el tiempo que da y quita razones, le ha venido a esparcir un camión de mierda encima. Un etarra llamado Olano ha confesado a la guardia civil que en tres ocasiones intentaron derribar el avión dónde el presunto genocida acudía a otros tantos mítines electorales al País Vasco. Por supuesto el avión era de las FF.AA. de España y, al igual que en el caso de Zapatero, lo pagamos todos los que tenemos los impuestos agarrados a la yugular de la nómina.
Una vez más se demuestra que los trincosos son gente de poco fiar, mentirosos, camorristas y amantes de la discordia y del follón.
Eso sí, estoy empezando a pensar que dios y la virgen existen y que también son trincosos. No sólo porque sus representantes en la tierra se dedican también al follón y a la discordia, sino porque ya me contaréis sino cómo es posible que fallara en tres ocasiones el bazoca con el que pretendían volar el avión del filibustero de Murdoch, que un helicóptero lleno de verduleras y pedantes se caiga al suelo sin que les pase nada y sobre todo que la torpedal haya tenido un hijo sin haber conocido varón.
