lunes, 25 de enero de 2010

La política de taberna, cacahetes y cabezas de gamba

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Tengo un pollero (dependiente de pollería) rumano, que me comentaba el otro día que este es el país preferido por maleantes y gentes de mal vivir de toda Europa para campar a sus anchas haciendo fechorías. Dice el amigo Andrei que deberíamos endurecer las penas para que no se nos llene el país de gentuza.

No sé si cuando me comentaba eso Andrei, detrás de la cortina estaba escuchando el señoritingo andaluz y exministro del bocazas insufrible y neardental reconstituído, o tal vez la Rancia, o quizás esos espías que nunca han existido, pero que realizaron seguimientos e informes sobre personas de la “otra” trincocaverna.

Ya sabemos todos que los secuaces del hazmellorar de Esjpaña y patriota de hojalata, están todo el día a la ocurrencia casposa con el fin de arañar votos de todos esos TDLC que nunca han leído un libro, que defraudan a hacienda y que gustan de visionar el “Mira quién baila”, el “Cine Casposo” y todos esos programas de vísceras varias. Esos que piensan que con el terrorismo se acababa volviendo a instaurar el garrote, el robo cortándoles las manos y el asesinato con los fusilamientos del dos de mayo. Esos que cuando entras en su taxi llevan la COPE a todo volumen, se meten en tu vida y le echan la culpa de todo al beunisimo Tinkie Winkie.

Pues bien, si el otro día la Cospedal le reñía al alcalde de Yebra por ofrecerse para que en ese pueblo se instale el almacén de la mierda de toda España, más tarde, el señoritingo le reñía a la Cospe, porque de todo tiene que haber en la viña del PP con tal de arañar votos. Es difícil hacer coincidir una política totalmente favorable a la energía nuclear (“cuando yo gobierne, no sólo no cerraré Garoña, sino que le daremos otros diez años de vida”) con no querer que los residuos de esa mierda se instalen cerca de tu casa. A no ser que sólo quieras que no se instale en tu zona, pero no te importe que se instale en una comarca dónde voten mayoritariamente al PSOE o a IU.

Hoy, al señoritingo, como la lluvia le ha jodido los días de caza, se le ha ocurrido que hay que arañar el voto de los cazurros, de los tontos, de los incultos (de los expresidentes de la AVT, principalmente) y de los chabacanos que hablan de política en el bar comiendo cacahuetes (o eran cacahueses) mientras sus mujeres permanecen solas en casa viendo la televisión. Y para ello nada mejor que hacerle caso a mi pollero favorito, Andrei, y abogar por la cadena perpetua.

Yo votaría que si, aunque nada mas fuera porque el día que al insufrible le vea sentado en el banquillo de La Haya y acaben condenándole por genocida, tenga la certeza de que no va a volver a pisar la calle. O tal vez porque el día que se acabe el tamayazo en Madrid, podamos ver condenada a perpetuidad a la Rancia, por todas sus trampas, por todos sus espías, sus correas y su exaltación del fascismo. Claro que entonces ya los trincofascistas habrán cambiado de opinión y abogarán por la abolición de las cárceles si eso es lo que opinan los políticos de cantina, cacahuetes y cabezas de gamba.