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Veo el Lunes por la noche en la TV en un programa indefinible (creo que se llama Volver con…) a José Bono, Presidente del Congreso, dirigente del PSOE y católico, apostólico, romano y defensor de la Iglesia.
Viendo el programa uno entiende ciertas cosas. La primera persona con la que se encuentra es con la criada de su casa cuando Bono vio la luz. Después, la persona que le llevaba bocadillos y le sacaba a comer los domingos en Alicante cuando estudiaba en los Jesuitas.
Podemos decir entonces que Don José Bono es lo que conocemos como un pijo renegado que juega a ser rojillo. Porque, ¿Quién en los años cincuenta en un pueblo más o menos pequeño se podía permitir tener criados? ¿Quién podía estudiar en los jesuitas o en la Universidad de Deusto?
Viendo a Don José moverse por las calles dónde dio sus primeros pasos, uno entiende lo que este señor tiene de socialista: nada. Y hubo un detalle que me llamó la atención. Cuando pasaban por un puente en dirección a la plaza del pueblo dijo algo así como “este puente que HEMOS hecho ahora nuevo y esta plaza que ACABAMOS de remodelar”. Podría ser un plural mayestático, pero de la forma que lo decía, parecía más bien un alcalde cacique franquista el que hablaba que alguien que no quiere darse importancia.
A Don José lo maleducaron los jesuitas por eso debe ser que se enorgullece de ser católico y por eso también debe de ser aquello de defender a capa y espada a la iglesia católica y a sus pederastas miembros. Que todos los curas no son pederastas no es algo que haya que explicar. Pero su empeño, al igual que el del papa, por quitarle importancia al asunto, huele tan mal como oír al patriota de hojalata y hazmellorar de España, decir eso de que “hoy no toca” o “lo que tenía que decir sobre el Gürtel, ya lo dije ayer”.
Así pues no es extraño que el PSOE se haya convertido en el partido de centro derecha dónde conviven liberales, demócrata-cristianos y algún que otro socialdemócrata. Y dónde a estos últimos se les ve como extremistas peligrosos dispuestos a romper las reglas y a volver las cosas patas arriba.
Reflexión pos-Post
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Esto es lo que había escrito en mi post de hoy, cuando he leído un comentario de Martinico en casa Manolo. Martinico es una persona a la que especialmente respeto. Por eso me veo en la obligación moral de explicar este Post. Por mi Bono podría ser judio, ateo, maometano, ultraortodoxo o talibán. No es una cuestión de religión o de pensamiento. Es una cuestión de actitudes. Bono se comporta como una persona de la más rancia derecha (como en el caso de la famosa placa del congreso) en cuanto se nombra a la SICAR,S.A. Evidentemente que puede ser buena persona y eso yo no lo pongo en duda, entre otras cosas porque no conozco a ese señor. Y evidentemente puedo estar equivocado. Escribo por sensaciones y cuando ayer le vi en su pueblo, la sensación que tuve es de que había llegado el señorito al que la gente se le acerca con miedo para contar las vanaglorias y bondades. Si bono es en exceso religioso, bien por él, pero eso es incompatible con el socialismo, con la ecología, la solidaridad y sobre todo con la disconformidad de las cosas injustas. Lo que su iglesia enseña es básicamente a obedecer y a callar y a hacer caso de lo que manda el poderoso. Y como dice un refrán castellano o en misa o replicando, pero no las dos cosas a la vez. No se puede defender al papa que ha intentado tapar una y otra vez la multitud de casos de pederastia sin ofender a la razón y a la ética del ser humano. Ni defender, por ejemplo la escuela pública, mientras se intenta que la iglesia tenga cada día mas colegios concertados. Ni la justicia social, mientras se deniega el derecho a la igualdad o se acepta que los ricos paguen menos impuestos que los pobres. La incongruencia es el peor de los males de la iglesia y de muchos militantes del PSOE que se creen con el derecho exclusivo de la izquierda y de la democracia, mientras acorralan al disidente, imponen creencias y religiones y comparan a Castro con Hitler, Franco o Mussolini.
Salud, religión, alucinógenos y misas diarias.
Viendo el programa uno entiende ciertas cosas. La primera persona con la que se encuentra es con la criada de su casa cuando Bono vio la luz. Después, la persona que le llevaba bocadillos y le sacaba a comer los domingos en Alicante cuando estudiaba en los Jesuitas.
Podemos decir entonces que Don José Bono es lo que conocemos como un pijo renegado que juega a ser rojillo. Porque, ¿Quién en los años cincuenta en un pueblo más o menos pequeño se podía permitir tener criados? ¿Quién podía estudiar en los jesuitas o en la Universidad de Deusto?
Viendo a Don José moverse por las calles dónde dio sus primeros pasos, uno entiende lo que este señor tiene de socialista: nada. Y hubo un detalle que me llamó la atención. Cuando pasaban por un puente en dirección a la plaza del pueblo dijo algo así como “este puente que HEMOS hecho ahora nuevo y esta plaza que ACABAMOS de remodelar”. Podría ser un plural mayestático, pero de la forma que lo decía, parecía más bien un alcalde cacique franquista el que hablaba que alguien que no quiere darse importancia.
A Don José lo maleducaron los jesuitas por eso debe ser que se enorgullece de ser católico y por eso también debe de ser aquello de defender a capa y espada a la iglesia católica y a sus pederastas miembros. Que todos los curas no son pederastas no es algo que haya que explicar. Pero su empeño, al igual que el del papa, por quitarle importancia al asunto, huele tan mal como oír al patriota de hojalata y hazmellorar de España, decir eso de que “hoy no toca” o “lo que tenía que decir sobre el Gürtel, ya lo dije ayer”.
Así pues no es extraño que el PSOE se haya convertido en el partido de centro derecha dónde conviven liberales, demócrata-cristianos y algún que otro socialdemócrata. Y dónde a estos últimos se les ve como extremistas peligrosos dispuestos a romper las reglas y a volver las cosas patas arriba.
Reflexión pos-Post
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Esto es lo que había escrito en mi post de hoy, cuando he leído un comentario de Martinico en casa Manolo. Martinico es una persona a la que especialmente respeto. Por eso me veo en la obligación moral de explicar este Post. Por mi Bono podría ser judio, ateo, maometano, ultraortodoxo o talibán. No es una cuestión de religión o de pensamiento. Es una cuestión de actitudes. Bono se comporta como una persona de la más rancia derecha (como en el caso de la famosa placa del congreso) en cuanto se nombra a la SICAR,S.A. Evidentemente que puede ser buena persona y eso yo no lo pongo en duda, entre otras cosas porque no conozco a ese señor. Y evidentemente puedo estar equivocado. Escribo por sensaciones y cuando ayer le vi en su pueblo, la sensación que tuve es de que había llegado el señorito al que la gente se le acerca con miedo para contar las vanaglorias y bondades. Si bono es en exceso religioso, bien por él, pero eso es incompatible con el socialismo, con la ecología, la solidaridad y sobre todo con la disconformidad de las cosas injustas. Lo que su iglesia enseña es básicamente a obedecer y a callar y a hacer caso de lo que manda el poderoso. Y como dice un refrán castellano o en misa o replicando, pero no las dos cosas a la vez. No se puede defender al papa que ha intentado tapar una y otra vez la multitud de casos de pederastia sin ofender a la razón y a la ética del ser humano. Ni defender, por ejemplo la escuela pública, mientras se intenta que la iglesia tenga cada día mas colegios concertados. Ni la justicia social, mientras se deniega el derecho a la igualdad o se acepta que los ricos paguen menos impuestos que los pobres. La incongruencia es el peor de los males de la iglesia y de muchos militantes del PSOE que se creen con el derecho exclusivo de la izquierda y de la democracia, mientras acorralan al disidente, imponen creencias y religiones y comparan a Castro con Hitler, Franco o Mussolini.
Salud, religión, alucinógenos y misas diarias.
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