martes, 27 de abril de 2010

Uno de cada cinco de sus vecinos, ¿es un parado?

---
Hoy he escuchado en la radio que, por un error informático (o porque alguien del INE le hace el juego a la camorra trincofascista) el INE ha informado que el paro ha llegado al 20%. Es decir que uno de cada cinco de nosotros está en el paro. Y estoy tan acojonado con la noticia que me he puesto a pensar cuantos parados hay entre mis vecinos y conocidos (por supuesto no valen los del curre porque estos no están parados). Y me ha costado encontrar veinte conocidos y/o amigos que estén en edad de trabajar. Al final he contado veinte y de esos veinte sólo hay dos en el paro. De esos dos uno dudo que quiera trabajar (es mejor vivir a costa de la parienta, e ir en coche, por ejemplo a llevar al chaval a la ruta del colegio que está a apenas cien metros de su casa) y el otro parado no quiso aceptar las condiciones laborales muy a la baja que pretendieron imponerle hace dos años. Se acabó la obra y él al paro. Como es del sector de la construcción ahora trabaja más que antes aunque todo en dinero negro. De los otros dieciocho, cinco trabajan para la administración (local, autonómica o general) hay uno que es autónomo y el resto, trabajadores por cuenta ajena.
No seré yo quien diga que las cifras del paro no son correctas, pero hay algo que no me cuadra. Si uno de cada cinco personas estuvieran en el paro, habría hostias por todos los lados porque esa situación es insostenible. A no ser claro que muchos de los que están apuntados en el INEM estén ganando dinero en la economía sumergida.

Y llegados a este punto me pregunto, ¿a quién le interesa más esta situación?. Los empresarios presionan para que se produzca la tan temida reforma laboral, que no solucionará nada salvo sus problemas y sus bolsillos. ¿A quién le interesa más trabajar sin derechos, al trabajador o al empresario? Evidentemente el trabajador necesita comer y llevarle comida a sus hijos, pero ¿y el empresario? ¿Qué es lo que saca el empresario? De momento saca que no paga seguridad social, ni impuestos, ni trienios, ni contribuye al sostenimiento del estado. En cambio gana en seguridad, gana en no tener que pagar indemnizaciones por despido, en no tener que negociar el precio, etc.

Propongo que cada uno de vosotros haga el mismo recuento que he hecho yo. No valen compañeros de trabajo pero si vecinos. Tampoco valen personas por encima de los 65 años ni la gente que está estudiando. Echen la cuenta de los que trabajan y de los que están en paro. Y de los que están en paro, ¿cuántos trabajan en negro?Y ya si quieren me lo cuentan y hablamos del tema.

Las estadísticas del paro no sólo traen parados sino desconfianza. Y los que trabajamos, no queremos gastar y eso crea más desconfianza que a su vez crea más paro. Y eso crea condiciones laborales con menos derechos y más obligaciones. Hay que pensar en eso.

El otro día leí en un periódico (no recuerdo cual) que en estos dos años de crisis, los ricos han aumentado su patrimonio en más de un 40%. Eso es lo que crean las situaciones de desconfianza, que los pobres cada día lo sean más y con ello deban rebajar sus pretensiones, y que los ricos sean cada vez más ricos. Deberíamos pensar en ello y darle una solución. Que por supuesto nada tienen que ver con las maravillosas y ficticias soluciones de los creadores de pobreza general y de riqueza particular, ni con las de los que pagan fianzas millonarias con bienes inmuebles de los que no pueden explicar su procedencia y mucho menos con los que piensan que el lobo es el que mejor puede cuidar las ovejas porque, aunque se coma alguna, las demás quedarán libres. Porque todos podemos ser la oveja que desaparece y porque el lobo nunca sacia su rapiña.

Salud, pensar, pensar y pensar, beneficio y situación.

***