lunes, 3 de mayo de 2010

¿Libertad de prensa? Cuando se acabe el dinero

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Hoy tres de mayo, se ha celebrado el día internacional de la libertad de prensa. En el mundo occidental, ese que presume de libertades y democracias se debiera dejar de celebrar este día e inventar el día de la prensa independiente.
Cuando hablamos de libertad de prensa siempre pensamos en esos países dirigidos por un general o por un líder religioso, dónde nadie puede expresar aquello que no convenga a las directrices del presidente, o del consejo rector del estado. Pero no es mucha la diferencia. En el mundo occidental, los medios de prensa se pliegan a las directrices de sus empresas editoras, que a su vez responden a la ideología del grupo que está detrás de esas empresas. Periódicos de fama mundial como The Financial Times, The Times o The New York Post son editados por un personaje con mucho dinero y muy pocos escrúpulos. Un personaje que tiene en nómina a otros personajes como el faecista e insufrible Aznar y que hace de su ideal xenófobo el leit motiv de su prensa escrita. De estos periódicos salió el término PIG (Cerdo) (Portugal, Greece and Spain) para definir a estos tres países de la unión europea. Si esto no es un tipo de xenofobia (aunque sea económica) díganme ustedes que es.

En España, tenemos otro personaje aun más extremista y cicatero: Julio Ariza Irigoyen. Personaje amigo del sórdido Rouco Varela, integrante o próximo a la Secta del Opus Dei y exdiputado del partido de las correas y los trajes. Amasa medios de comunicación como quien acumula muñecas Barbie, posavasos o búhos. Con la diferencia de que éste pretende formar a sus oyentes, televidentes o lectores en lugar de informar y atraerlos hacia su causa que no es otra que la victoria del extremismo fascista.

Los periódicos del primer mundo, del mundo mal llamado democrático, no son otra cosa que panfletos de opinión. Ya no se busca la notica objetiva. Cualquier titular rezuma una importante parte de subjetividad dedicada a formar al posible lector en la opinión de su línea editorial. Evidentemente, uno lee lo que quiere leer. Y casi siempre, el que se considera de izquierdas no lee el ABC, ni el que es equidistante (dice ser de aquel ser que presume de no tener ideología pero que se escora gravemente a la derecha) leería Público. No hay nada más que echarse al ojo la noticia del aumento del paro para que sirva de ejemplo. Mientras que una notica aséptica contaría que el paro subió hasta los 4.600.000 parados y un porcentaje del 20,05 centrándose única y exclusivamente en los datos dados por el INE, sin adornos ni conjeturas, para La Razón, el Mundo o el ABC Zapatero es el causante del paro que asciende a casi 5.000.000 de parados y a uno de cada cinco y para Público, por ejemplo, el gobierno prevé que ya hemos tocado techo y que la tasa de paro disminuirá en abril.

Luego está claro el rencor o revanchismo. El grupo Prisa actúa contra Zapatero por ser el causante de quitarle el regalo del Futbol. Mientras González favoreció a la empresa del desparecido Polanco hasta el punto de adjudicarle un canal de pago que no estaba dentro de las normas hasta entonces impuestas, Zapatero se ha caracterizado por apoyar al empresario Roures en su aventura televisiva y de prensa escrita. Esto encendió los ánimos de los todopoderosos editores del Grupo Prisa que han atacado a Zapatero casi desde el primer día de su toma de posesión.

Por tanto, disponer de un día al año para exigir la libertad de prensa, entendida esta como el no poder escribir y contar lo que uno quiere por presiones del gobierno de turno, se ha quedado obsoleto y caduco. Hoy en día, la mayor parte del mundo en dónde se imprimen periódicos y la gente los lee, no se escribe lo que uno quiere, no por presiones políticas sino por el temor a perder el trabajo.

Gracias a esta nueva plataforma igualitaria llamada internet, uno puede escribir y opinar con cierto grado de libertad. La libertad de prensa del mundo rico está aquí. En las bitácoras y foros donde se opina sin tapujos, con la salvaguardia del anonimato y, de momento, sin que el dueño del chiringuito te diga lo que debes decir.

Salud, república y más escuelas.

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