domingo, 2 de mayo de 2010

Proxenetismo, machismo y maltrato a la mujer

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Todos los hombres hemos pensado alguna vez con esa parte lejana del cerebro llena de hormonas. Todos, alguna vez habríamos estado dispuestos a cualquier cosa, con tal de ligar con la chica de tus sueños. Y la gran mayoría caerían rendidos si una hermosa mujer les hiciera una proposición de sexo inmediato. Pero, en una sociedad que quiere evolucionar hacia la igualdad entre sexos y hacia el destierro del machismo como comportamiento masculino, resulta que, mientras unos cuantos vemos a la mujer como compañera, como ser igualitario con los mismos derechos y con una constancia superior a la nuestra, otros se empeñan en tratarla como otro de los muebles de los que son propietarios.
Leo hoy en público que la Guardia Civil, interviene en una discoteca (o lupanar, porque la publicidad no lo dejaba claro) de la localidad madrileña de Navas del Rey para impedir que en su inauguración se subastara una mujer. No imagino que tipo de hombre puede tener tal necesidad sexual como para intervenir en este tipo de eventos. Ni quiero imaginar los servicios o concesiones que le iba a dar la mujer subastada al ganador. No es que yo sea puritano, meapilas o religioso. Más bien todo lo contrario. Creo que el sexo es algo natural que se debe practicar siempre que los participantes estén plenamente de acuerdo. Pero no dejo de pensar que, quién publicita la venta de una mujer, como reclamo para su negocio, es un ser que tiene poco respeto por el sexo femenino y que está propiciando un tipo de esclavitud poco ética y nada plausible. Y desde luego, si ese tipo de publicidad tiene éxito entre los hombres, es que ni la sociedad está tan avanzada como quisiéramos, ni somos tantos los que creemos en la igualdad entre mujer y hombre.
Son tantas las mujeres que acaban sus días a manos de su pareja, que nos estamos acostumbrando sino a verlo como algo normal, si a mirar hacia otro lado. Nadie tiene derecho sobre la vida de otro ser humano y todo ser humano tiene derecho a enamorarse y acostarse con quién le plazca (si el otro está de acuerdo, claro). El matrimonio sólo es un contrato que se acaba cuando una de las dos partes quiera.

Pensar que ganar una mujer en una subasta, es un pasaporte a una noche de desenfreno y de lujuria, es como pensar que esa misma meretriz hace el amor con su cliente por amor y no por dinero o necesidad. Los lupanares son sitios respetables si sus inquilinas están allí por propia voluntad y no porque una panda de mafiosos proxenetas las han llevado allí con tretas, las han quitado el pasaporte y las obligan a prostituirse con la promesa de liberarlas cuando paguen la deuda contraída. La prostitución es el oficio más antiguo del mundo, pero no por antiguo deja de ser el que más castiga a la mujer y el oficio a que más acuden los hombres.

Salud, república y más escuelas.

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