domingo, 16 de mayo de 2010

Tiempos nuevos, tiempos salvajes

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Cada día que pasa y cuanto más leo sobre las últimas medidas de Zapatero para reducir el gasto, me pregunto si no nos encontramos ante un experimento de los neofascistasliberales. Leo un comentario del gran Iñaki en casa Manolo Saco sobre un artículo del presidente de la patronal constructora SEOPAN, en el periódico Cinco Días en el que el tal Taguas, ex de la oficina económica de Moncloa y del BBVA (igual que el estúpido Sebastián), explica que la bajada de salarios de los funcionarios y la congelación de las pensiones traerán cinco grandes beneficios para el estado:
1.- Los ciudadanos se pondrán a gastar como locos al no tener miedo a la quiebra del estado.
2.- Al ajustar las cuentas, las empresas de calificación nos pondrán mejor nota y con ello la deuda nos costará menos intereses.
3.- Al reducir el gasto, se ajustarán los presupuestos y los ciudadanos no tendrán miedo a una subida de impuestos.
4.- La reducción de los salarios públicos traerán consigo una reducción de los del sector privado y por tanto mayor creación de empleo.
5.- La reducción GENERAL de los salarios, traerá consigo la mayor demanda externa y por ende mayor actividad económica.

No voy a rebatir estos cinco puntos basados en el cuento de la lechera. Pero estoy básicamente de acuerdo con este tipo en que la reducción de la inversión (sobre todo en Fomento) no es buena porque, paralizará la reactivación económica.
Pero lo que más me preocupa y de ahí lo del experimento, es el punto cuatro. La rebaja salarial de los funcionarios traerá consigo una presión de la patronal sobre los trabajadores que llevará a la falta de convenios o a su firma a la baja (pero que muy baja). Y esto a su vez traerá un nuevo ámbito mundial en el que acabaremos sin libertad, sin democracia y con un nuevo fascismo en el poder.

Y para muestra un par de botones. En California, una ley permite detener a cualquier persona por su color de piel o por su aspecto físico a fin de expulsar a todos los sin papeles. Los autores de esta ley, la han adornado como una ley garantista. Pero si un policía puede detener a cualquiera por el mero hecho de ver si tiene papeles o no, parece poco democrático, nada social y menos libertario.
Y la segunda muestra es la ley que se pretende aprobar en Francia sobre el uso del pañuelo islámico en la calle. Ley que, a pesar del informe negativo del consejo de estado francés, Sarkozy pretende llevar adelante.

Nos adentramos rápidamente hacia un mundo convertido en una selva dónde los empresarios verán desde el burladero como los trabajadores lucharán entre ellos por puestos de trabajo a la baja y dónde poco a poco se recortarán todo tipo de derechos. Trabajaremos por menos y más horas. Nos jubilaremos más tarde o no nos jubilaremos. Pagaremos por ir al médico y porque nuestros hijos vayan a una escuela no a estudiar en libertad, sino a ser instruidos en la obediencia y el servilismo.
La educación, y otra vez parece parte de un experimento, ha sufrido en este país una caída en picado de veinte años para acá. De tal forma que hoy los jóvenes se preocupan por cualquier cosa menos por su futuro y por la situación común. La educación y el saber son símbolos de lucha porque la sabiduría nos hace libres. Mejor tener tontos que voten como borregos que gente que pueda pensar por sí mismos.

Salud, república y más escuelas.

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