Se habla estos días de una posible remodelación del Gobierno en la que los barones del Partido del dinero, el tanto por ciento y el euro (el P$%€) estarían presionando al sin sal del talante para que nombrara a personas de la vieja guardia como Solana en Ministerios pesados como el de Exteriores o Economía. Tal vez, a esas viejas hienas de la democracia cristiana les parezca poco la reforma laboral y quieran emprender de nuevo otra reforma de campo español para que sea abandonado del todo.Si hace algunos días hablaba de que Isidoro se cepilló en dos pasadas todo el tejido productivo español en nombre de la modernidad, no debemos también olvidar que otra de las causas de esta situación particular dentro de la crisis mundial viene dada por aquella reforma del campo en la que se pagaba dinero por arrancar olivos y cepas y por eliminar vacas lecheras. Aquella reforma que hizo que agricultores y ganaderos de toda castilla se hicieran multimillonarios a consecuencia de unas subvenciones que no han invertido en proyectos agrícolas sino en ladrillo.Nos obligaron a producir menos leche, menos aceite y menos vino, subvencionando el abandono del campo, para más tarde, volver a subvencionar todo lo contrario. Ahora mismo cada agricultor en Castilla recibe 400 euros por hectárea labrada (aunque luego no se recoja la cosecha). Dinero que no hay que justificar su inversión y que por tanto cada uno utiliza como le parece. Y parece que, hasta ahora, lo principal estaba en el ladrillo (piso en la capital), y en el sector del vehículo todo terreno.Mucho tiene que cambiar el campo español para que en unos años no sea abandonado totalmente. Y el abandono de nuestros pueblos será la muerte de nuestras ciudades.***
Ilustración: Almedro de Manuel Victorio Benítez
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