---
Pelo negro zaino, gafas oscuras, traje negro con corbata a juego, camisa blanca como muestra, cuerpo de matón de carretera. Es la viva imagen de un sicario de la película “El Padrino”. Niega todos los cargos, pero habla como quién tuviera el poder sobre los demás y advirtiera a su interlocutor que por ese camino, encontrará cemento en los zapatos o un extraño accidente de tráfico.
Varios jueces se dieron de baja para no tener que tratar “sus asuntos”. Ahora, parece que a este “cerdo” le llega su San Martín. Aunque no las tengo todas conmigo. Su abogado ha cambiado la estrategia. Ya no se declara inocente sino que intentan que el juez sobresea sus causas por prescripción de los presuntos delitos.
Parece que, como a Al-Capone, se le juzgará por evasión de impuestos y en este caso además, por tráfico de influencias y cohecho. Eso, si es que al final todo no es un montaje para que cuando quede libre, parezca que ha sido todo legal, atado y bien atado.
Mientras, el patriota de hojalata, guarda silencio al pasar por la 13 Rue del trinque. No saben, no contestan. Dicen que creen e la presunción de inocencia. Tal vez se la podrían haber aplicado a Garzón o al Ministro Bermejo. Pero todos sabemos que el manto de la inocencia es algo que sólo se vende a los patriotas, a los que aman a España y a los que llenan los bolsillos de los españoles (de hambre, mientras los suyos de pitanza).
Si al final, es condenado, ¿a quién le tocará entonces la lotería? ¿qué será de Marina d’or?¿quién llevará los fitosulfatos?¿quién barrerá toda la caspa que quedará en el despacho de la diputación? Dicen en mi pueblo, que siempre hay un roto para un descosido. Y siempre habrá alguien de la familia para hacerse cargo de todos esos negocios.
Varios jueces se dieron de baja para no tener que tratar “sus asuntos”. Ahora, parece que a este “cerdo” le llega su San Martín. Aunque no las tengo todas conmigo. Su abogado ha cambiado la estrategia. Ya no se declara inocente sino que intentan que el juez sobresea sus causas por prescripción de los presuntos delitos.
Parece que, como a Al-Capone, se le juzgará por evasión de impuestos y en este caso además, por tráfico de influencias y cohecho. Eso, si es que al final todo no es un montaje para que cuando quede libre, parezca que ha sido todo legal, atado y bien atado.
Mientras, el patriota de hojalata, guarda silencio al pasar por la 13 Rue del trinque. No saben, no contestan. Dicen que creen e la presunción de inocencia. Tal vez se la podrían haber aplicado a Garzón o al Ministro Bermejo. Pero todos sabemos que el manto de la inocencia es algo que sólo se vende a los patriotas, a los que aman a España y a los que llenan los bolsillos de los españoles (de hambre, mientras los suyos de pitanza).
Si al final, es condenado, ¿a quién le tocará entonces la lotería? ¿qué será de Marina d’or?¿quién llevará los fitosulfatos?¿quién barrerá toda la caspa que quedará en el despacho de la diputación? Dicen en mi pueblo, que siempre hay un roto para un descosido. Y siempre habrá alguien de la familia para hacerse cargo de todos esos negocios.
***