Decía el nieto del Presidente de una Diputación de Castilla y León que las bolsas de basura sirven para guardar los billetes de color morado. Las Diputaciones Provinciales son un residuo franquista que sirven primordialmente para contratar enchufados y sobre todo para hacer ricos a aquellos quienes las presiden. Cierto es que, en su planteamiento, es una buena idea acercar la administración a aquellos rincones provinciales más desfavorecidos. Pero en la realidad, sirven para que aquellos “aldeanos” políticos (los que tiran la piedra y esconden la mano) tengan sus pequeños reinos de taifas dónde hacer y deshacer a su antojo. De hecho, de dónde yo vengo, hay municipios que llevan en sus listas de elección de concejales, personas que no sólo no viven en el municipio, sino que en muchos casos, ni conocen siquiera dónde está el municipio (esto es un poco exagerado pero da idea del desmán), con el fin de salir elegidos concejales y tener un puesto relevante en la Diputación Provincial.
Todo esto viene a cuento de lo sucedido ayer en Alicante. Al azote del señor de las correas y los trajes le han pillado con el carrito de los helados. Supongo que lo de Alicante no es comparable con lo de Castellón. Sin embargo Al-Cabrone sigue enrocado sin posibilidad siquiera de “Jaque”. ¿Por qué? Pues es muy sencillo, porque Al-Fa es de la cuerda del tramposo de los trajes, mientras que parece que Ripoll es más proclive al negro (ese que estaba en política para forrarse). Y aquí viene lo importante. Lo importante es que el Partido Trincofascista se comporta como “la familia”. Quién no está con el capo, está contra él y se arriesga a que, en cualquier momento, reciba el ósculo que le señale. Que en las diputaciones todo lo que se mueve es poco claro es conocido por todos los ciudadanos. Pero que, al poco de levantar la voz (y el voto) contra quién dirige el tinglado se levante la alfombra para ver la mierda, parece casualidad poco casual y desprende muy mal olor. Y si encima, al ex-presidente Balear se le mantiene en el redil hasta bastante después de su entrada en toriles, mientras que en Alicante se abren las puertas para que se vea la sangre desde el primer momento, la señal y el aviso a navegantes disidentes es más que clara.
Así que, ya no hay duda de que el partido trincofascista de los trabajadores es y se comporta como una gran familia.
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