viernes, 1 de octubre de 2010

El camino al Infierno

Ayer, la aprendiz de persona y Ministra de Economía, presentó el proyecto de presupuestos para el 2011. Al descenso del 38% en la inversión, la mayor parte en Fomento, se le unen la eliminación de la deducción por adquisición de la vivienda habitual para todos aquellos con ingresos superiores a los 24.000 euros, la reducción de la oferta de empleo público y de los presupuestos para otros gastos ministeriales en un 6,7%. A pesar del pronóstico de que volverá a subir la tasa de paro, el fondo para atender prestaciones por desempleo se reducirá en un 1,6%.

Hasta aquí los números. Lo realmente esencial de esta mierda de cuentas, es que es una nueva ofrenda al dios especulador que ahora llaman mercados. Lo realmente preocupante de esta mierda de proyecto económico del estado es que, llegado el 11 de Enero, el estado ya no tendrá liquidez y que probablemente están ocultando nuevas medidas de rebaja del déficit público a base de reducir nuevamente los salarios de los funcionarios, las pensiones o las ayudas sociales. Lo triste de estos nuevos presupuestos, es que inciden en que la crisis es de, por y para los pobres y que, como alguien tiene que pagar los platos rotos, nos tocará a los de siempre.

Decía ayer un tal Jose Carlos Díez, jefe de una empresa de esas que se dedica a nada (es decir, a decirle a los banqueros y adinerados dónde está el peligro de su dinero) llamada Intermoney, que la rebaja en la calificación que le ha dado Moody’s a la deuda española no es tan malo porque ellos saben que se están haciendo cosas, aunque NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA. Es decir, que u ofrecemos periódicamente más sacrificios a estos hideputas o vendrán a por nosotros.

Estos presupuestos, y estas medidas de recortes, según la aprendiza de persona y ministra y de los expertos, tienen que dar beneficios para todos (aunque ahora pronostican que serán a largo plazo). Si nos fijamos en Irlanda, dónde el trabajo es un objeto especulativo más, dónde no hay contratos fijos, dónde no hay cobertura social alguna y dónde el sistema fascioliberal campa a sus anchas, veremos un país más pobre que las ratas, con un paro galopante, con un déficit del 32% y con una amenaza más que probable de que la Unión tenga que rescatar su economía.

Si este es el camino que debemos recorrer para llegar a la panacea irlandesa, deberíamos empezar a poner barricadas en el camino y a prenderle fuego al sistema. Porque yo, al menos, ya no tengo claro quiénes son los antisistemas, y quienes son los buenos. Aunque cada día tengo más claro quienes son los malos.
***