jueves, 14 de octubre de 2010

Pepiño se suma a la venta de humo

Una de las promesas de Zapatero a su llegada a Moncloa, fue la de NO gastar dinero público en campañas de autobombo. Esas que tanto le gustan a la Rancia (y al Faraón endeudado) y cuyos lemas son mantras que se instalan en el cerebro de la gente como un gusano informático y que acaba por confundir al ciudadano sustrayéndole la capacidad de diferenciar lo real de lo irreal y lo público del Partido Patrincar.

Pero he aquí que, ayer, mientras escuchaba la radio en el camino a casa, oigo un anuncio sin ton ni son, vendiendo humo sobre las bondades no del transporte público, sino de las cercanías de RENFE en Madrid. Mientras lo escuchaba, pensé que era otra de esas inútiles campañas pagadas con dinero público y encargadas a algún amiguete con las que la Rancia nos tortura muy de cuando en vez. Pero no, no era de la Rancia porque al final de la ficción publicitaria, se encargaban de dejar claro que quién patrocinaba el dispendio del dinero público era el Ministerio de Fomento, Gobierno de España.

Y es que, desde su llegada al Ministerio, el demagogo y “popular” o populista José Blanco, alias “Pepiño”, no ha dejado de actuar como lo harían las mejores estrellas del Partido Patrincar. Primero, quiso acabar con los controladores aéreos, no por que fuera justo, sino porque la gente (que en su mayor parte ni vuela, ni se ha acercado a un aeropuerto en sus años de vida) estaba en su contra por unos supuestos sueldos multimillonarios (pura envidia). Amenazó, amagó y no dio y el conflicto sigue. Después amenazó con llevar el AVE a Cantabria por el camino, ya no más largo, sino imposible (algo así como Madrid-Segovia-Valladolid-Burgos-Miranda-Bilbao-Santander). Pero Revilla, le plantó cara y puesto que el Ministro y el P$%€ tenía más que perder que ganar, acabó volviendo a ceder (como no podía ser de otra forma). Luego llegaron la paralización de las obras de Fomento en un intento de ahorro en la inversión (que él llamó gasto) y que cuidadosamente estudiadas (para no hacer daño en las urnas), dejaron provincias como la de Burgos sin un euro de inversión pública. Y por penúltimo, está la desastrosa gestión de las obras promocionadas, pagadas y obligadas por la UE en la antigua N-1 (hoy A-1) entre los kilómetros 130 y 240. Obras que llevan más de cuatro meses con cortes de carretera en los que no se trabaja, provocando accidentes como los del pasado puente y con señales y muros de hormigón en trozos ya finalizados pero no abiertos al tráfico porque falta la pintura.

Total, que como buen demagogo y oportunista, a Don José Blanco, le interesan más las campañas en las que se vende humo que los problemas reales de los ciudadanos. Pero si vuelve a haber un conflicto dónde la opinión pública sea mayoritaria, no os preocupéis que Don Pepiño, estará allí para promover las acciones (de cara a la galería) que el pueblo sugiera.


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Imagen: quimsosa