jueves, 6 de enero de 2011

Noche de Reyes. Cuento de un futuro cercano


Fátima se acurruca en el chiscón con la cabeza entre las piernas y los brazos cruzados. Está muerta de miedo. Esta vez se ha librado, pero ¿Y la próxima? Lleva cinco años huyendo. En agosto hará seis. No era este el futuro que había esperado cuando llegó a España allá por el 2008. Llegó en una barcaza que entonces llamaban patera. Fue la primera vez que tuvo que acostarse con alguien. Con ello pudo pagar no un pasaje, sino un sitio en la barcaza. Los primeros meses en España aún fueron más duros. Llegada a una playa, unos bañistas que ayudan a desembarcar, que les dan agua y comida y en el caso de Fátima la ayudan a escapar de la guardia civil. Estuvo tres meses viviendo en la calle. Luego un proxeneta, la engaña y la lleva a un piso dónde la encierra con otras tres chicas para ejercer el oficio más antiguo del mundo. Un golpe de suerte, hace que pueda escaparse con dos mil euros diez minutos antes de que la policía desmantele el lupanar y encierre a sus captores. Entonces, con ese dinero, se paga una pensión y encuentra un trabajo. Primero como empleada del hogar y después en una tienda de ropa.

Todo fue bien durante 2009. En 2010, las cosas empiezan a cambiar. Leyes que rebajan las condiciones laborales de los trabajadores y que amplían la edad de jubilación. Las cosas empezaron a tomar un preocupante cariz a partir de principios de verano de 2011. Leyes que aprobaron el despido gratuito y sin justificación y ampliación de las cotizaciones para poder jubilarse hasta los 35 años. En enero de 2012 se acabaron los subsidios de desempleo y se empezó con el copago de las medicinas. En Marzo, el gobierno cambió. Llegó al poder el Partido Popular. Y la cosa no mejoró. En Septiembre empezaron a subastar concesiones para la gestión de los hospitales. Más tarde privatizaron los ambulatorios y en 2013 ya habían aprobado una ley que acababa con la financiación de las medicinas y la de la sanidad pública. Todo trabajador debía estar asegurado en una entidad médica privada por su empleador. Pero si estabas en el paro, sólo eras atendido si pagabas el seguro por tu cuenta o hacías eternas horas de cola en algún hospital de caridad al que estaban obligadas las aseguradoras. Sólo si había peligro para la vida eras hospitalizado y las medicinas eran aportadas sólo para dos días.

Fátima no estaba preocupada entonces. Tenía trabajo y por tanto seguro médico. En 2014 tomó la nacionalidad española. No parecía árabe. Podía pasar por una espléndida morena española. Los salarios empezaron a bajar de forma preocupante a partir de 2013. Ya en 2010 los mil euros eran una cifra inalcanzable para gran parte de los trabajadores. En 2013 el gobierno bajó el salario mínimo interprofesional con la escusa de crear más empleo. El paro había llegado a los cinco millones de personas. Con la misma escusa, acabaron con el IRPF, el impuesto de sociedades y el impuesto de bienes inmuebles. El IVA subió hasta el máximo permitido, un 24%. La gasolina cada vez era más cara y la electricidad impagable. El IPC rondaba entonces el 8%. Y allí empezaron los primeros disturbios sociales. Los primeros incendios a sedes de eléctricas y bancos fueron a finales de este año. Empezaron los primeros discursos racistas por parte de la población ya que los inmigrantes conseguían más fácil trabajo que los nativos al estar más acostumbrados a otro tipo de vida y al no importarles vivir en comunidad, por lo que exigían menos salarios. Durante 2014 los disturbios fueron a más. El gobierno no podía con la situación. El gobierno del PP se vio abocado a convocar elecciones en el mes de noviembre. Esperanza Aguirre, Aznar y Cascos que habían abandonado el partido años atrás, fueron aclamados en loor de multitudes en la calle Génova. Su discurso se radicalizó aun más. Durante la campaña electoral abogaron por la expulsión de cualquier persona que hubiera llegado a España en los últimos cinco años, independientemente de si tenían trabajo o no y de todos aquellos cuyo origen no fuera español hasta en dos generaciones que no tuviera trabajo. Tuvieron más de quince millones de votos. En la calle, cada día asesinaban a más de cinco personas de color. Las revueltas no cesaron. En Julio de 2015 volvieron a imponer el impuesto sobre la renta pero sólo para aquellos salarios inferiores a 12.000.000 euros anuales (el 90% de la población).

Fátima fue despedida al llegar el mes de agosto de ese año. Sin seguro médico y siendo extranjera, sería deportada en cuanto la detuvieran. Un degenerado al que había dado calabazas unas cuantas veces, la denunció. Se escapó por los pelos. Y así llevaba cinco largos años. Cinco años de mendigar trabajos sin seguro, sin seguridad social y por salarios de miseria. En cuanto protesta, un grupo de exaltados de cualquiera de las distintas ciudades y pueblos que ha recorrido, van a buscarla a casa al anochecer. Hasta ahora ha podido escapar. Esta última han estado muy cerca. Y todavía no está segura. No sabe cuánto podrá aguantar así. Es noche de reyes y suplica a dios que no la encuentren. No quería morir y menos en una noche tan mágica. Pero el frío es intenso y si no dejan de merodear sus acosadores, a lo peor muere congelada. Al menos será una muerte dulce.

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Imagen: Matador