jueves, 3 de febrero de 2011

¿Quién les ha robado el mes de abril?


La mayor parte de los que queremos un mundo más justo, solidario, dónde todos los hombres puedan tener las mismas oportunidades y dónde nadie pueda explotar a los demás, cuando vemos que un país se levanta contra su dictador, una sonrisa se nos dibuja en la comisura de los labios. Es parte del romanticismo que nos invade.

No somos realistas. No pensamos en las consecuencias de esas rebeliones y sobre todo no pensamos que el gran hermano usaniano, que siempre anda al acecho y siempre tomará partido en un sentido o en otro.

La rebelión del pueblo tunecino llevó a muchos a pronosticar una caída en cascada de todos los sátrapas del norte de África. Pero lo que en Túnez empezó como un movimiento social espontáneo cuya organización corrió como la pólvora a través del Twiter o de los sms, sin nadie que reivindicara la organización de la protesta ni nadie que se hiciera portavoz de la misma, entre otras cosas porque el mensaje era corto, simple y claro: trabajo, comida y libertad, ha acabado como el rosario de la aurora. Ben Alí era el comisario jefe de Francia y los Astados Unidos en Túnez. Y ahora apostarán por el siguiente que pueda dar la estabilidad que ellos buscan. La estabilidad de que para la mayor parte de los que han salido a la calle, sigan igual que antes: parados, muertos de hambre y sin libertad.

Lo de Egipto es aún peor. Los Astados Unidos y la Unión europea han estado apostando por Mubarak hasta hace cuatro días. Cuando han tenido constancia de que era imposible mantenerlo en el cargo, le han exigido que se vaya. Pero Mubarak no quiere irse y ayer hubo enfrentamientos entre partidarios y detractores con un final bañado en sangre. El movimiento fue espontáneo, pero aquí había un exiliado. Un premio Nobel que se ha autoproclamado salvador, portavoz y jefe de la oposición al dictador. Y los usanianos, con esa rapidez de editor del gran hermano mundial, ya se han encargado de hacerse amigo suyo para que no se salga del redil.

Los partidarios de los sátrapas del Magreb aseguran que éstos son la barrera de contención contra el islamismo radical. Y se basan en lo que pasó en Argelia. Pero a mí que no me gustan los islamistas radicales ni más ni menos que los cristianos radicales o los judíos radicales o los radicales a secas, me da que lo que les da miedo no es la radicalidad del islamismo ni lo que éstos le puedan hacer a la población en general y a las mujeres en particular. Lo que temen de éstos es que son incontrolables, que no responden a “los mercados” y que suelen ser enemigos acérrimos de los yankies. Apostaría la parte externa del escroto de Zapatero a que si fueran amigos y les dejaran hacer sus negocios, les importaría una mierda si hacen obligatoria la religión, si las mujeres tienen que ir tapadas hasta el cogote y les quitan los derechos o si se cargan un civil cada dos días. (Eso es, por ejemplo, parte de lo que hace el primo marroquí que es muy amigo de los usanianos y de Napoleón {y hasta de Zapatero}).
En fin, que como cantaba Sabina, les han robado el mes de Abril y el de mayo, y todos los demás. Porque los tunecinos se creen aún que han hecho la revolución y los egipcios piensan que están en ello. O mucho me equivoco (y algo dentro de mi quiere con todas mis fuerzas que así sea) o dentro de nueve meses ya no se acordarán para que revolucionaron estos estados ni los propios revolucionarios. O mucho me equivoco o los pobres muertos de hambre serán los mismos o parecidos dentro de un año. Porque no están cambiando lo esencial. Porque es otro perro guardián pero tanto el collar como la cadena es la misma.

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Caricatura para hoy:

Supongo que a estas alturas ya todos habréis visto el video del Babas. Por si acaso aquí os dejo el enlace. Se comenta sólo.