De no ser porque nos toman el pelo y porque nos tratan como estúpidos podría ser hasta gracioso. Publicaba ayer la Vanguardia.es que “El rechazo de Batasuna a la violencia de ETA vuelve a dividir a Gobierno y PP” como para hacernos ver, a los idiotas, a los que no podemos pensar por nosotros mismos, que hay diferencia en este asunto (como en muchos otros) entre el Partido Patrincar y el P$%€. Se basan para contarnos esta “gran” diferencia en que, mientras los trincosos en su lenguaje habitual de salvapatrias, perdonavidas y de exigencia de quién cree que le están “tocando” los suyo, exigen que el nuevo partido de la izquierda vasca sea ilegalizado, mientras que el Gobierno, por boca de Rubalcaba ha escurrido el bulto hacia quién es el brazo ejecutor de las órdenes del Gobierno en materia judicial: la fiscalía general del estado.
Uno que, aunque ignorante, se fía poco o nada de quienes nos están robando la vida, diría que está por ver una sentencia en la que la judicatura “falle” en contra de la administración en temas políticos. No hace muchos años, en el último Gobierno del demócrata cristiano González, se pactó una revisión salarial del funcionariado conforme al IPC. Cuando llegó al gobierno el fascista insufrible gastador de la botella y presunto genocida en Irak, se pasó el acuerdo por el escroto. Los sindicatos recurrieron y un tribunal les dio la razón en primera instancia. Pero al llegar al Supremo, (¡Ay el supremo!) dictaminó que el Gobierno llevaba razón no por nada, sino por ahorrarle a las arcas del estado un montón de millones de euros.
¿Quién puede esperar que los tribunales van a dictaminar que el nuevo partido de la izquierda vasca es legal, cuando la fiscalía informará en su contra y cuando el partido con el que simpatizan la mayor parte de la judicatura española está exigiendo su ilegalización?
Dice Rubalcaba que, mañana miércoles, en cuanto llegue la solicitud de legalización del nuevo partido al Ministerio del Interior, inmediatamente le pasarán toda la documentación presentada, más los informes policiales a la fiscalía para que encuentren base para la ilegalización (esto último no lo ha dicho, pero lo digo yo). Me pregunto si, cuando se ha presentado el nuevo partido asturiano del fascista Cascos, les han preguntado si condenan o rechazan el franquismo y los crímenes del franquismo. Y si han enviado toda su documentación a la fiscalía para que vean si se puede legalizar o no.
En este país de mierda, dónde, en lugar de luchar contra el fraude fiscal del mayor defraudador del estado (que todos sabemos quién es) hacienda va a investigar a los parados por si cobran el paro mientras hacen chapuzas para llegar a fin de mes (lo que no me parecería mal si también hicieran lo otro). En este país de mierda, dónde en lugar de fiscalizar e investigar los negocios de los bancos, de impedir por ley que un hipotecado pierda su casa y le siga debiendo la vida al banco, se dedican a pedir los recibos de hace cinco años de las cuotas a la SS o de las desgravaciones de hacienda a los trabajadores autónomos. En este país de mierda dónde el fraude fiscal alcanza el 25% del PIB, dónde los grandes deportistas viven y pagan en USA o paraísos fiscales, mientras son contratados por las autonomías (de los trincosos sobre todo) como imagen de esa comunidad. En este país de mierda, uno sólo puede presentarse a las elecciones si no creen que eres un peligro para los plutócratas que manipulan la democracia en su beneficio.
En este país, tutelado por los fascistas, entre el 10 y el 20% de la población vasca no podrá votar su opción, porque aunque han copiado los estatutos del P$%€ o del PNV, la judicatura encontrará un coma, un punto o una palabra fuera de sitio para declararles en cuarentena.
Uno que, aunque ignorante, se fía poco o nada de quienes nos están robando la vida, diría que está por ver una sentencia en la que la judicatura “falle” en contra de la administración en temas políticos. No hace muchos años, en el último Gobierno del demócrata cristiano González, se pactó una revisión salarial del funcionariado conforme al IPC. Cuando llegó al gobierno el fascista insufrible gastador de la botella y presunto genocida en Irak, se pasó el acuerdo por el escroto. Los sindicatos recurrieron y un tribunal les dio la razón en primera instancia. Pero al llegar al Supremo, (¡Ay el supremo!) dictaminó que el Gobierno llevaba razón no por nada, sino por ahorrarle a las arcas del estado un montón de millones de euros.
¿Quién puede esperar que los tribunales van a dictaminar que el nuevo partido de la izquierda vasca es legal, cuando la fiscalía informará en su contra y cuando el partido con el que simpatizan la mayor parte de la judicatura española está exigiendo su ilegalización?
Dice Rubalcaba que, mañana miércoles, en cuanto llegue la solicitud de legalización del nuevo partido al Ministerio del Interior, inmediatamente le pasarán toda la documentación presentada, más los informes policiales a la fiscalía para que encuentren base para la ilegalización (esto último no lo ha dicho, pero lo digo yo). Me pregunto si, cuando se ha presentado el nuevo partido asturiano del fascista Cascos, les han preguntado si condenan o rechazan el franquismo y los crímenes del franquismo. Y si han enviado toda su documentación a la fiscalía para que vean si se puede legalizar o no.
En este país de mierda, dónde, en lugar de luchar contra el fraude fiscal del mayor defraudador del estado (que todos sabemos quién es) hacienda va a investigar a los parados por si cobran el paro mientras hacen chapuzas para llegar a fin de mes (lo que no me parecería mal si también hicieran lo otro). En este país de mierda, dónde en lugar de fiscalizar e investigar los negocios de los bancos, de impedir por ley que un hipotecado pierda su casa y le siga debiendo la vida al banco, se dedican a pedir los recibos de hace cinco años de las cuotas a la SS o de las desgravaciones de hacienda a los trabajadores autónomos. En este país de mierda dónde el fraude fiscal alcanza el 25% del PIB, dónde los grandes deportistas viven y pagan en USA o paraísos fiscales, mientras son contratados por las autonomías (de los trincosos sobre todo) como imagen de esa comunidad. En este país de mierda, uno sólo puede presentarse a las elecciones si no creen que eres un peligro para los plutócratas que manipulan la democracia en su beneficio.
En este país, tutelado por los fascistas, entre el 10 y el 20% de la población vasca no podrá votar su opción, porque aunque han copiado los estatutos del P$%€ o del PNV, la judicatura encontrará un coma, un punto o una palabra fuera de sitio para declararles en cuarentena.
