miércoles, 30 de marzo de 2011


Anteayer, el Rey del Agua para todos, que yo la gastaré en campos de golf, levantó la caja de los truenos con lo del repago sanitario. Después de haber sido desmentido por todos y cada uno de los dirigentes del trinque, excepto por el Babas que como siempre, está a verlas venir (y que pasen sin tocarlas) ha intentado desligarse de sus propias declaraciones echando balones fuera.

No sé porqué entramos en ese juego estúpido de prestar atención a estos anormales y sobre todo, nunca entiendo qué razón puede llevar a un ser normal a votar a quién le está quitando lo que es suyo para dárselo a sus amiguetes. Y entramos al trapo, primero aceptando sus términos lingüísticos cargados como siempre de muy mala baba. En este caso, todos aceptan el término copago. Que no, que no será copago sino REPAGO. Porque la sanidad y la educación ya la pagamos todos los que pagamos impuestos y por tanto es nuestra, y por tanto también, si pagamos “además de…” será REPAGO y no copago.

Si ayer, escribía aquí sobre las inauguraciones de obras que se realizan con nuestro dinero pero que parece que las hacen con el suyo, en este caso es aun peor porque nos la quieren “meter doblada”. Mientras abogan por rebajar la cuota de la SS a los empresarios, mientras abogan que los impuestos sean indirectos (cargando más por el consumo que por la renta), mientras abogan por la desaparición del estado (para echarse en sus brazos cuando vienen mal dadas), encima nos quieren “vender la moto” de que la sanidad y la educación es de su propiedad y que por tanto, nos la dan si quieren. De ahí el término copago. Porque lo que están diciendo es que la sanidad y la educación son gratis y que por tanto hay que ayudar a pagarlas. Pues no, la sanidad será gratis para todos aquellos creadores de riqueza que se evaden de pagar impuestos, para aquellos que engañan a la hacienda pública, para los que no pagan sus cuotas a la SS (6.000.000.000 [seis mil millones] de deuda de los empresarios con la caja única). Para los que pagamos puntualmente nuestros impuestos, la sanidad nos cuesta un riñón y parte del otro. Porque a muchos no nos importa pagar impuestos por una sanidad de calidad y por una educación pública de nivel. Sin embargo, estos sinvergüenzas gastan nuestro dinero en campañas de autobombo, en campos de Golf (con copago que sólo usan los que tienen dinero y que generalmente son los que se escaquean a la hora de pagar impuestos), y sobre todo, y en el caso de la sanidad, en privatizar los servicios que hemos construido con nuestro dinero y que, una vez en funcionamiento, le regalan la gestión a sus amigos, que por supuesto lo que quieren es hacer negocio importándoles una mierda la sanidad. De ahí las interminables listas de espera, salvo que seas la Rancia y tengan que operarte. De ahí la falta de personal y de medios que como en el Hospital del Henares, cuando en el antiguo ambulatorio hacían, por ejemplo, radiografías, ahora con el hospital deben ir al Ramón y Cajal o al Princesa porque no pueden usar la máquina por falta de personal técnico y de presupuesto.

Llamemos a las cosas por su nombre y llamemos a este nuevo gol, REPAGO. Saquémosles los colores en aquellas ocasiones que les tengamos cerca y como ha ocurrido en Valencia, juntémonos para comprar espacios publicitarios junto a los que publicitan sus mentiras y dejémosles las cosas claras.

Si los socioliberales no merecen ni un voto progresista, estos cavernícolas del trinque, no mecen ni que les hablemos.