miércoles, 9 de marzo de 2011

Mujer tenías que ser...


Ayer se celebró el día de la mujer (antes mujer trabajadora). Desde el punto de vista de un hombre poco típico y amo de casa que casi comprende a la mujer que trabaja en casa y fuera, porque a veces, las tareas de casa me sobrepasan, me mosqueo y me sienta mal que no les guste la comida que he puesto encima de la mesa, me mosqueo y me sienta mal que me digan que no has comprado esto o lo otro y que lo que has traído a mi no me gusta y me mosqueo y me sienta mal que me digan que siempre comemos lo mismo y que no salimos del pescado, y de la carne y de los primeros de verdura y del cocido, y de las judías y de las ensaladas y de la paella del domingo, cada día me siento más identificado con ellas.

Y tan identificado me siento que no entiendo que nadie pueda pensar que una mujer (o un hombre) pueda ser propiedad de nadie. Y no entiendo que nadie pueda pensar que su mujer lo es para siempre por el mero hecho de haber firmado un papel (o dos) y sobre todo, sin hacer día a día nada para que te siga queriendo, sino todo lo contrario.

Tampoco puedo entender que a una persona que hace el mismo trabajo que otra, se le pague un 22% menos y todo por ser mujer. (Claro que tampoco entiendo que a un trabajador de Shanghái se le pague una décima parte que a uno de Madrid, por ejemplo). Y desde luego no entra en mi obtusa cabeza que una mujer tenga que explicar su vida personal, su situación familiar, sus planes de futuro y hasta su vida de alcoba a la hora de pasar una entrevista de trabajo.

Entiendo, aunque poco, que las listas electorales tengan que ser paritarias, porque es posible que si no las mujeres figuraran en los últimos lugares. Entiendo, aunque menos, que a una persona se le pueda exigir ir vestida de alguna forma especial. Pero no puedo llegar a entender que una secretaria tenga que ser lo que ciertos hombres llaman “una tía buena” ni llevar minifalda por obligación, ni mucho menos tener la mitad de los senos al descubierto (salvo que ella lo escoja por propia iniciativa). Tampoco puedo llegar a entender que una azafata, enfermera, auxiliar o mujer en general tenga que vestir falda y de una determinada medida.

Hoy nos hemos enterado que la Unión Europea quiere obligar a las empresas a nombrar mujeres en sus consejos de administración y en sus equipos directivos. Bajo el prisma de quién está totalmente de acuerdo en que las mujeres puedan ocupar cualquier tipo de trabajo o responsabilidad por su valía, no entiendo que la Unión dedique ni un solo segundo o euro en establecer este tipo de políticas sobre mujeres directivas, cuando existen mujeres a las que diariamente se les discrimina y se les obliga a realizar funciones de camarera en lugar de secretaria, se les obliga a la prostitución para poder alimentar a sus familias o a doblar las espalda y las rodillas limpiando la mierda de los demás porque todos sus familiares están en el paro.

Me preocupa en especial las políticas de los nuevos fascistas llamados liberales que ahora abogan por la segregación entre niños y niñas en colegios, generalmente religiosos y pagados con fondos públicos, con el argumento de que su rendimiento es superior. escuchando ayer a una de las profesoras explicar los argumentos (“las niñas juegan con muñecas o a las mamás, mientras que los niños juegan al futbol”) aun me da más miedo y sobre todo mucha rabia de que ese tipo de educación sea respaldada con el dinero de todos.

Esta educación es la que provoca cientos de mujeres muertas anualmente a manos de sus novios, maridos o amantes que piensan que son suyas (de su propiedad) y solamente suyas.

Solamente decir que, cuando alguien agrede a una mujer, debiera pensar antes que, una de ellas le dio la vida y que le cuidó en su infancia. Y que piense que haría el si su padre intentara matar a su madre.

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