lunes, 28 de marzo de 2011

No es talante, sino estrategia


Hace algún tiempo, un conocido de León, me decía en una conversación informal que Zapatero es un ser peligroso, lleno de ambición y que es capaz de todo. Decía que, en León, poco a poco, con buenas palabras y ningún hecho, se fe haciendo con la ejecutiva del partido. Me decía que esta misma estrategia, la de no hacer ruido, tener buenas palabras con todos, apartar a los que le pudieran hacer sombra y esperar a que las uvas estén maduras, le llevó a la secretaría general del PSOE y a la Presidencia del Gobierno. Cuando este conocido me decía esto, eran tiempos en los que, como yo, muchos todavía apoyábamos su gestión porque en nuestro subconsciente habíamos asimilado políticas de igualdad con políticas de socialismo. Por tanto, yo le decía que no me parecía así, que era un hombre con talante y que la culpa de haber abandonado las políticas de igualdad era de la crisis y de los mercados.

Poco a poco he ido viendo como este conocido, que a su vez conoce bien a Zapatero, sabía de lo que hablaba. Este tipo es igual de peligroso que Aznar, porque su ambición es la misma y aunque al insufrible, como buen fascista, le pierden las formas, al final me da igual que me pidan por favor que me agache y que me jodan, a que me obliguen a agacharme agarrándome. De todas formas me habrán jodido igual.

Estos días en los que se habla de intervenir Portugal (quiera o no quiera el Gobierno Luso), ya no se habla como se hablaba cuando Grecia e Irlanda de que la intervención llegará a España. Esto que en principio puede parecer bueno, en realidad lo que significa es que aquí ya no hace falta porque ya nos han jodido. Con buenas palabras y vaselina, pero jodido. ¿Por qué amenazan a Portugal con la intervención? Pues porque la oposición se negó a aprobar una serie de reformas, destinadas a quitar más derechos a los trabajadores y a beneficiar a los mercados, que de todas formas y si ven capacidad de hacer negocio, seguirán presionando más y más. El rescate de Irlanda y de Grecia le supuso a estos países una serie de medidas destinadas a limitar el gasto público (rebaja de pensiones y salarios de funcionarios básicamente) y un fondo para evitar que los bancos fueran a la quiebra. Si esas medidas ya se han tomado en España y se siguen tomando ya que la última tarascada del gobierno es un proyecto de ley para hacer que los funcionarios trabajen 7 años más, ya no es necesaria la intervención y por eso los mercados, de momento están dejando en paz nuestra deuda. Bajo este prisma, España no necesita intervención porque ya ha tomado todas las medidas que se hubieran tomado con la intervención: Fondo de rescate a los bancos, reforma laboral (despido libre y eliminación de la indemnización por despido), reforma de las pensiones (eliminación del derecho a percibir pensión para todos aquellos menores de cuarenta años), control del gasto público (bajada salarial de los funcionarios (y no sólo en un 5% ya que ha eliminado sin talante y por decreto el acuerdo para que las pagas extras fueran iguales que el salario mensual, con lo que vuelven a la media extra)), congelación de las pensiones y ahora la reforma de las clases pasivas de funcionarios con la eliminación de la jubilación anticipada a los 60 años y 35 de servicio y la elevación de la jubilación, como en el régimen general a los 67 años.

Bajo este decepcionante panorama, se colige que Zapatero ha salvado su trasero ejerciendo de madame con los culos de los demás. Bajo este panorama liberal, capitalista y derechista, el P$%€, intenta que este tipo deshoje la margarita de si se va o no. Porque dependiendo de si el día 2 de abril dice si se va o no, la campaña electoral será una u otra. Si no se va, veremos pocos mítines en la tele con la presencia del Sinsal del talante hipócrita, porque saben que sus votantes le relacionan, no con la crisis, pero si con sus consecuencias y sus pagos (que es mucho peor). Si se va, intentarán que el nuevo posible candidato levante la moral de sus votantes y convenza a los desencantados (aunque a mí por ejemplo, ya no me convencen ni con billetes de a 500 euros).

La reunión con los empresarios del sábado es pura propaganda. Lo que realmente quieren inculcar en el subconsciente del posible votante como significado de esa reunión, es aquello del compromiso con España (muy fascistoide, por cierto). Aquello, de que aun sabiendo que esa reunión le quitará votos, por el bien de España, Zapatero se sacrifica y hace lo que tiene que hacer. En realidad, es una reunión de una tercera cámara clandestina y sin elección (lo que escolar denominaba la Cámara de los Lores al más estilo clasista británico). Una reunión dónde los que controlan realmente la acción de gobierno le pedían explicaciones de lo tratado en Bruselas y dónde el Gobierno se sometía al control de su acción de gobierno. Como resultado de esa obscena secuencia, la petición de que Zapatero acabe la legislatura y se presente de nuevo a la siguiente. Una petición lógica si tenemos en cuenta que, en época de crisis, nunca los bancos ganaron más y les costó menos lo que ellos mismos provocaron y nadie como este Gobierno defiende sus intereses. Y por parte de los grandes empresarios, nunca un aliado tan fiel destruyó en tan poco tiempo lo que llevan ellos intentado siglo y medio. Nunca tuvieron más cerca el ideal de cualquier machaca: tener trabajadores gratis y en régimen de esclavitud.