lunes, 14 de marzo de 2011

¡Peligro Nuclear!


Lo que ha sucedido en Japón, es terriblemente una realidad. Un país muy rico y preparado, pudo con un terremoto de grado nueve, pero no pudo con el Tsunami que vino después. Entre los miles de millones de yenes destruidos por una avalancha de agua mortal, se encuentran los que costaron las tres centrales nucleares afectadas.

Hace unos meses, el lobby eléctrico, que como decía ayer Juantxo López de Uralde en su artículo, tiene dinero suficiente sacado de todos nuestros bolsillos mediante el canon en el recibo eléctrico, presionaba e intentaba influir en las conciencias de la gente a través del medio de siempre y de los voceros de siempre: la Televisión. Primero fue cuando el veleta de Zapatero era más ecologista que el propio Juantxo y anunció a bombo y platillo el cierre de la Central nuclear de Garoña en 2013 y después de 43 años de funcionamiento. Después, con un giro de 180 grados, desde la llegada del pronuclear Sebastián y su ecologismo de salón, y sobre todo desde hace un par de meses desde que llegó al Ministerio como Secretario de Estado un tipo perverso y hasta su nombramiento como Secretario, director asociado de la consultora NERA Economic Consulting. Una consultora al servicio del lobby que le reclama al gobierno cerca de mil millones de euros por el cierre de Garoña.

Una de las mentiras más repetidas entorno a la electricidad y con la que se quieren justificar las nucleares es el déficit de potencia (o de generación eléctrica) en España y que debemos de importar electricidad de Francia, cuando en realidad es al revés. Otra de las que ahora circulan de boca en boca, es que los molinos de producción eléctrica tendrán que pasar cincuenta años para que la energía que produzcan sea rentable. Todo lo que sea con tal de crear el clímax necesario para que la gente se posicione a favor de las nucleares y en contra de cualquier otro tipo de energía y sobre todo de investigación i+i+d.

Llegado a este punto, quiero recordar aquí que la central de Fukushima (hermana siamesa de Garoña) está a punto de la fusión del núcleo y de provocar la mayor nube radioactiva en Japón después de la bomba de Nagasaki. Hasta tal punto llega la manipulación que el sábado escuchaba en el canal 24H de TVE a un catedrático de Tecnología Nuclear, un tal Agustín Alonso decir cosas como que “en un área de 10 km es muy remoto el posible efecto que pueda tener sobre las personas y el medio ambiente la nube de gases tóxica que haya liberado la central de Fukushima, en Japón, tras los daños sufridos por el terremoto. No creo que la explosión en la central nuclear de Fukushima sea comparable con lo que sucedió en Chernobil y ha afirmado que los "japoneses son muy cuidadosos" y "están haciendo las cosas bien"”. A dos días vista, como se comprueba todo lo contrario de lo que está sucediendo (y espero por el bien del planeta que no suceda lo de la fusión del núcleo).

Pero como también decía ayer Juantxo en su artículo, “de los laboratorios nucleares esta vez ya no salen soluciones sino consignas, para tratar de invertir la carga de la prueba. El problema no será la situación de tal o cual planta, ni sus emisiones radiactivas, sino los malvados y aprovechados antinucleares. En unos meses parecerá casi que el movimiento antinuclear causó el tsunami. Al tiempo.

Por eso, no debemos bajar la guardia. Debemos seguir informando de los peligros de estas instalaciones. Porque aquí no es previsible un terremoto como el de Japón, pero no estamos libres de acciones terroristas o de cualquier otro tipo de catástrofe natural que haga que una central obsoleta, totalmente amortizada y que sólo produce beneficios a Nuclenor, acabe por los aires como ha pasado con la de Fukushima (central que hasta el viernes, era fuerte como un roble pero que el agua retorció como un clavo de chicle).