miércoles, 18 de mayo de 2011

Que no, que no nos representan...


¿Por qué no nos representan?

No nos representan porque esta democracia está prostituida. Esta democracia, que sin embargo no lo es, no tiene separación de poderes aunque la Constitución diga lo contrario. Desde que los jueces del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial son elegidos por en su mayor parte por el Parlamento, están anulando la independencia de los mismos. Los jueces son nombrados no por su respetabilidad o buen hacer, sino por la afinidad política. Tenemos el caso actual en el que el Tribunal Constitucional ha estado con magistrados fuera de mandato porque el PP bloqueaba cualquier nombramiento que no fuera “de los suyos”.

No nos representan porque más de millón y medio de votos no tienen representación en el parlamento o es tan escasa que no se corresponde con el número de votantes. Esta situación que se viene dando desde casi el principio de la democracia sin que PP o PSOE tengan intención de cambiar el sistema de asignación de escaños.

No nos representan porque, pese a que las encuestas del CIS dicen que los políticos son el problema de este país y no la solución, ellos van a su bola, se despegan cada vez más del pueblo y viven en su burbuja particular. Listas cerradas, en las que van numerosos acusados de corrupción, tránsfugas e indeseables constituyen la base de un sistema electoral en el que la democracia está suplantada por la partitocracia. Nadie tiene posibilidades reales de salir elegido si no se presenta por uno de los dos grandes partidos. Listas abiertas y una segunda vuelta como ocurre en Francia es una solución que PSOE y PP se niegan siquiera a estudiar.

No nos representan porque insultan a nuestra inteligencia cuando nos dicen que “lo fácil es descalificar a la política y a los políticos” y lo dice un tipo que tiene un partido lleno de presuntos corruptos y que no ha movido ni un solo dedo contra ellos, esperando a que el tiempo y las urnas le arreglen el problema. Porque encima se jactan de que las urnas son las que condenan o absuelven. No nos representan porque por la noche dicen que respetan las manifestaciones y de madrugada, con nocturnidad y alevosía, mandan a la policía. No nos representan porque consienten la brutalidad policial. Porque a la mínima, multan a la gente sin poder defenderse de acusaciones falsas o multan a los convocantes por disturbios que nadie sabe cómo han empezado pero que suceden fuera de hora y de recorrido. Si policías de paisano infiltrados en la manifestación detienen a personas por encararse con sus compañeros para que no peguen a la gente, ¿por qué tenemos que creer que no han sido ellos los que empezaron los disturbios?

No nos representan porque están todo el día a la gresca, poniéndose a caldo en mítines y acciones parlamentarias y salen de la mano a tomar cañas al bar de la esquina. No nos representan porque no admiten la iniciativa popular a pesar de haber recogido las firmas necesarias. No nos representan porque nuestros problemas les importan una mierda, mientras que protegen a eléctricas, telefónicas, bancos y grandes empresarios. No nos representan porque, aunque no aparezcan por el escaño, siguen presentándose y no dan cuenta al elector de su trabajo.

Por eso, lo llaman democracia y no lo es. Porque la democracia es el poder del pueblo y aquí el pueblo sólo sirve de coartada. Por eso lo llaman democracia y no lo es, porque el pueblo ni controla, ni le dejan controlar. Por eso lo llaman democracia y no lo es, porque no se puede ser más ruin que calificar un movimiento como este de “anécdota” o de “desarrapados antisistema”.