domingo, 19 de junio de 2011

Contra el pacto del €uro


Madrugamos este domingo para tomar Madrid. Llegamos un pelín tarde a nuestro encuentro con el resto de la columna. Tan tarde que entramos detrás del Selur y nos tocó caminar deprisa para “fundirnos” en la mani. Caminábamos deprisa bajo un calor sofocante y un sol tan abrasador como el pacto del euro. Íbamos contentos por la gran afluencia de compañeros. Al llega a la plaza de Gregorio Marañón, los primeros aplausos, las primeras bienvenidas para los compañeros de Tetuán que también eran muy numerosos. Por una vez, los borregos que cada año circulan por esa vía pecuaria, por esa Cañada Real convertida en un rio de asfalto y coches, habían dejado paso a las personas. Por una vez el río de asfalto bajaba con las aguas turbulentas de los que queremos dejar de ser rebaño para convertirnos en ciudadanos. Los que queremos que nos dejen de tratar como simple mercancía para convertirnos en personas que sujetan con tesón las riendas de su futuro. Por primera vez, hemos salido a la calle de forma más que suficiente para decirles a nuestros políticos que no queremos sus reformas que nos dejan en pañales. Que no queremos que este sistema que nos trata como esclavos y como mercancía. Que no queremos que los bancos dirijan nuestras vidas. Que queremos más educación y menos represión. Que queremos más fondos para sanidad y menos para seguridad. Que queremos que por una vez, las ganancias se inclinen a nuestro lado y que paguen quiénes son los causantes de este desastre.

Entre cánticos y agüita atravesamos Cibeles por la izquierda y enfilamos el Paseo del Prado. Ambos extremos estaban a rebosar. Miles de ciudadanos anónimos, que nos representamos a nosotros mismos soportábamos estoicamente el calor, cada vez más agobiante, para llegar a nuestro punto de encuentro con los hermanos del sur. Buscamos sombra para, pancarta en mano, ir recibiendo poco a poco a los compañeros de Collado-Villalba, Las Rozas, Colmenarejo, Leganés, Getafe y Vallekas. Algunos aprovecharon para tomar un refrigerio, otros coreábamos sin cesar los lemas hoy de moda: “(Música del tractor amarillo) Tengo un contrato basura, que’s lo que se lleva ahora, hay que linchar al patrón, ya lo decía mi padre, que’s la forma más barata de tener trabajo estable. La, lara, lala,…”. O este otro: “(Música de un elefante se balanceaba). Un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria, como veía que nunca estallaba fueron avisar a otro banquero. Dos banqueros…”.

Total, que si los políticos no están en su burbuja, si no quieren que esto se salga de madre, si no quieren que este movimiento les explote en su propia cara, tendrán que pasar a la acción. La reforma electoral, la consecución de una ley impositiva progresiva, los derechos de trabajadores y pensionistas son innegociables y una situación a revertir. Y que no se olviden que en Islandia, los políticos responsables están empezando a ir al talego por las medidas tomadas.

Tampoco deben tomar en vano el lema de la manifestación de hoy “Contra el pacto del Euro”. No queremos pagar los intereses especulativos de los bancos alemanes y franceses. No queremos quedarnos sin servicios sanitarios y educativos públicos para que estos bancos sigan llenando sus bolsas de dinero robado a los pueblos. No queremos pactos que traigan más miseria, más paro, más esclavitud y más ganancias para los de siempre. Queremos un giro social. Un giro en la educación pública y en el reparto del empleo. Un giro que cambie radicalmente estas políticas que han demostrado ser letales para los trabajadores, para los ancianos y para los más débiles. Un giro que defenestre de una vez por todas, esta espiral de paro, pobreza y esclavitud.