jueves, 18 de agosto de 2011

Por un estado Laico II


Ya dije ayer que no soy beligerante contra los que practican la religión católica. Pero visto lo de hoy, entiendo porqué se es contrario a los meapilas. Lo sucedido en SOL hoy es propio de un país tercermundista.
Vayamos por partes. El lugar elegido (o asignado) para el comienzo de la manifestación “No con mis impuestos” de juzgado de guardia. Una plaza minúscula, llena de mobiliario urbano y de coches.

Las calles por dónde ha transitado la manifestación, más de juzgado todavía. Calles estrechas, llenas de coches aparcados y de camiones.

El recorrido, sin acordonar y sin cortes de tráfico. Nos hemos encontrado incluso un taxi de frente cuando volvíamos hacia la Plaza Jacinto Benavente.

Lo de Sol para que la delegada del gobierno dimita IPSO facto. Hemos estado parados casi tres cuartos de hora, porque no podíamos acceder a SOL ya que la plaza estaba tomada literalmente por los meapilas, que nos estaban esperando con ganas de bronca y que han taponado la salida a Sol desde la calle Montera. Al final, la policía ha tenido que hacer un estrecho cordón por el que hemos podido continuar nuestra manifestación.

En Alcalá ha habido un pequeño encontronazo que los provocadores meapilas han empezado y que la policía a acabado con un conato de carga contra nosotros (encima de cornudos apaleados).

Por lo demás, todo normal. Mucha gente (muchos menos que a los que han traído gratis). Mucha juerga, mucho calor y mucho slogan cachondo.


Lo peor: el recorrido, la nula ayuda a un desarrollo normal por parte de las administraciones públicas, un cartel pagado por el Gobierno de España anunciando las jornadas de los meapilas y las ganas de montar follón y de no dejar ejercer nuestro derecho de manifestación por parte de los intolerantes.

Lo mejor, el buen comportamiento de la gente, las ganas de manifestarse sin follón y el no haber entrado al trapo en lo de SOL.La manifestación acabó a las 21:50 en Tirso de Molina. Así que nosotros no sabemos nada de cargas policiales, ni de disturbios.

La anécdota: unos cuantos meapilas rezando en la Plaza de Jacinto Benavente, de rodillas, rosario en mano y con un santo en la otra. Debían de rezar por nosotros. Pero creo que hubiera sido mejor que rezaran por los niños violados por tantos y tantos curas.