martes, 17 de noviembre de 2009

Sebastián el decologista



Me entero ayer por Toni Garrido, que el Ministro Sebastián se ha dado de baja de la organización ecologista Greenpeace.
No sabía que quién más ha apoyado a las eléctricas, pudiera ser miembro de esta prestigiosa entidad antinuclear. Y esa es otra. Quién no ha sido capaz de cerrar Garoña a pesar de los años con los que cuenta la Central y del mal estado de sus instalaciones, quién no es capaz de hacerle controlar a las eléctricas sus emisiones de CO2 , ¿se puede considerar ecologista? A partir de aquí todo son incongruencias por parte de este político que tiene bastantes más sombras que luces. España no sólo incumple el protocolo de Kyoto, sino que compra emisiones de CO2 a Polonia. Como si el medio ambiente, el efecto invernadero y el cambio climático se pudieran arreglar sin poner nada de nuestra parte y camuflando las emisiones de quienes contaminan menos. Es la política del dinero. Quién tiene dinero todo lo puede.
Ayer oí decir a un experto que el cambio climático es casi irreversible. Que lo mejor que nos puede pasar es que el nivel del mar sólo suba medio metro. Que a partir de ahora, en esta parte del mundo dónde vivimos, las lluvias serán torrenciales y los periodos de sequía amplios. Que los cambios extremos de temperatura estarán a la orden del día y que como no le pongamos reparo, de aquí al 2050 viviremos en un mundo lleno de desiertos. Claro que el iluminado Sebastián habrá pensado que si todo se acaba en el 2012 no sucederá nada de esto y estaremos salvados.
Y es que un tipo mediocre en su forma de expresar y de actuar (no dudo que sea un tío listo, pero a lo peor le confunde la noche como a aquel que tenía la minga larga y el cerebro poco desarrollado). Bien, pues este tipo mediocre que permite que las suministradoras de electricidad timen mensualmente a sus clientes con recibos por electricidad no consumida, que ha subido el recibo eléctrico más de un 30 %, que se cree que ser ecologista es hacer pasar calor a sus señorías diputados en verano y frío en invierno, no sólo nunca debería haber sido miembro de algo tan importante como Greenpeace sino que jamás debería ostentar cargo alguno.
Y es que como dijo su homónimo en listo en el ¡Oh! Menaje, nunca Greenpeace podía haber caído tan bajo ni Sebastián haber soñado con llegar más alto.

Salud, ecología y consecuencia.

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