martes, 2 de febrero de 2010

Cuentos de hoy: Un perfecto socialista y español

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José Luis, permanecía sentado frente al televisor barriga en alto, brazos caídos, cerveza colgando y mirada perdida. La voz que salía de la televisión hablaba de un rotundo fracaso de la huelga general. Jose Luis, graznó un dios por lo bajines mientras maldecía por el poco éxito de la convocatoria. El no había secundado el paro porque su trabajo no se lo permitía pero creía y quería que la huelga fuera mayoritariamente secundada por el pueblo. José Luis siempre decía que era un hombre de izquierdas, conciliador y socialdemócrata. Votante, a veces a regañadientes, del Partido Socialista Obrero Español, estaba a favor de que la gente del mismo sexo pudieran casarse, del divorcio, del derecho de la mujer ainterrumpir su embarazo y del aumento del subsidio del paro a los más necesitados. Se declaraba no racista y sobre todo, español. Jose Luis, sin embargo, no entendía porqué había pensiones para la gente que nunca cotizó, ni porqué a su padre no le daban más de 1800 euros de pensión cuando había cotizado cuarenta años y en los últimos tiempos de trabajo su cotización había sido la más alta. Tampoco veía con buenos ojos que los inmigrantes pudieran empadronarse aún no teniendo papeles, ni que Mohamed le quitara el puesto de trabajo a su hijo, porque a saber dónde le habían dado el título al tal Mohamed. Además se enfadaba mucho cuando acudía a las urgencias sanitarias de Mapfre y había mucha espera y entre los pacientes que esperaban había mayoría de hispanos o de gitanos. Jose Luis era de esos que decía que un emigrante tiene más derechos y más prestaciones que un español y que aquí venía toda la chusma a delinquir. También era partidario de que la gente se pudriese en la cárcel porque, el que delinque, nunca se recupera y acaba volviendo a las andadas. Jose Luis no creía en dios, o eso decía, pero se casó por la iglesia, bautizó a sus tres hijos y asistía en verano a misa de 12 en el pueblo junto con sus amigos de la cuadrilla. Era por salvar las formalidades, según se justificaba. José Luis era el perfecto caballero español. Simpatizante de GreenPeace, aunque nunca dió ni un solo euro para esta causa. Alababa la labor de la Cruz Roja, pero una vez que le llamaron para hacerse socio, dijo que en ese momento no podía atenderles y que le volvieran a llamar. Luego, cada vez que le llamaban, decía que alli no vivía ningún Jose Luis Caballero España. Jose Luis, odiaba sobre todo a Aznar y a Esperanza Aguirre. Acudió como un clavo a la manifestación del "No a la guerra". Había interpuesto más de diez quejas por escrito al Ayuntamento de Ruiz Gallardón por diversos temas municipales, como bancos rotos, parques que se riegan demasiado o falta de barrenderos en su barrio. Jamás había pertenecido a ningún sindicato porque allí sólo estaban los vagos que se liberan para no trabajar. Tampoco había pertenecido a ningún tipo de Asiciación (ni al APA del colegio).
Jose Luis, vivía cómodamente en su adosado del extraradio madrileño. Cada mañana conducía su precioso y nuevo BMV de la Serie 3 para asistir a su trabajo en la central de REPSOL. Atravesaba toda la ciudad y nunca cogía el metro porque allí huele mal.
Jose Luis hacía honor a sus apellidos y era todo un caballero español, de izquierdas y todo un señor.

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