miércoles, 22 de septiembre de 2010

El transporte público, no es derecho, es un servicio.

A vueltas con los derechos de las personas en los días de huelga, el Gobierno se posiciona nuevamente con las tesis de los nuevos fascistas liberales. Decía ayer el provisional Ministro del No Trabajo, que al derecho de huelga hay que contraponer el derecho al trabajo. Pero añadía una coletilla, ya esgrimida por la Rancia en la huelga de metro de Madrid, “todo trabajador tiene el derecho de poder acudir a su trabajo”. Y, como dicen en mi pueblo, y dale con la burra al trigo. El derecho al transporte público no existe. Ni está recogido en la Constitución, ni es ningún derecho. A nadie se le puede prohibir acudir al trabajo. Pero cómo lo haga es cosa suya. Porque si existiera el derecho a acudir al trabajo en transporte público, reclamémoslo para el resto de los días. Reclamemos que el autobús pasa cada cuarenta y cinco minutos en un día normal. Reclamemos que el metro se detiene entre estaciones y que para hacer dos kilómetros tardamos más de media hora. Reclamemos que no hay transporte desde los barrios y localidades periféricas a las grandes ciudades o que es insuficiente.

Como ya dije en su día en otro post, el derecho a la huelga está al mismo nivel que el derecho al trabajo y es aberrante intentar “colar” por derecho lo que simplemente es un servicio público.

El provisional Ministro del No trabajo, debería estar más preocupado por que el derecho al trabajo fuera una realidad y no sólo una excusa en un día de huelga. Y precisamente por eso se hace la huelga, por realizar una poda salvaje a los derechos de los trabajadores con la falsa premisa de que así se creará empleo. Si un país como España con cuatro millones de parados, con pocos derechos sociales y cada día menos respeto por el trabajo fijo y estable, aprueba medidas que lo único que pretenden es llenar más el bolsillo del tratante (que no empresario) y con ellas quiere reducir el paro, y la gente se lo cree, es que estamos en una sociedad rémora, paralizada y obsoleta.
Preguntémonos porqué en Suecia o Noruega la tasa del paro apenas es del 5%, cuando los derechos y la sociedad están a años luz del resto del mundo occidental. ¿Será porque allí priman más los derechos de las personas que el nuevo dios mercado?.